Joel Meyerowitz: el americano que aprendió a decir ¡olé!
Cuando bajo a Málaga, ahora convertido en viajero, no suelo llevar un plan prefijado. Espero que la ciudad y el callejeo sin brújula por el abigarrado y bullicioso centro histórico me deparen suficientes y reconfortantes sorpresas. Confío, sobre todo, en el creativo, espontáneo y gratificante espíritu de la ciudad y sus habitantes, que cautivaron a tantos viajeros. A decir verdad, tampoco dejo de visitar las exposiciones temporales de sus museos. Esta vez he tenido la suerte de ver una maravillosa muestra de fotografía de Joel Meyerowitz en el Museo Picasso. ¿Pareceré muy ingenuo o ignorante si confieso que no conocía…