Este artículo es la una entrega de la Queerletter, el boletín LGTBIQ+ de EL PAÍS coordinado por Pablo León. Apúntate aquí para recibirlo cada semana en tu buzón.
Sara Torres, Nerea Pérez de las Heras, Nando López, Hugo Marlo, María Barrier o El Comidista, entre otros, recomiendan lecturas no normativas
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Ha llegado la Feria del Libro, ese momento del año en el que la gente va al Retiro de Madrid a deshidratarse, hacer cola y torrarse al sol para conseguir ver —y en ocasiones tocar— a sus escritores y editores favoritos. Es uno de los momentos más bonitos de Madrid. Un grupo de escritoras, periodistas, podcasters, abogadas, o editores recomiendan lecturas atravesadas por la realidad LGTBIQ+. El resultado es esta veintena de propuestas.
Sara Torres, poeta y escritora, cuya última novela es La seducción (Reservoir Books).
La voz poética de Alana S. Portero en La habitación de las ahogadas (Bella Varsovia) invoca a las diosas, las mujeres mitológicas, las poetas antiguas, para que le den acogida. El viaje hasta ellas ha sido agotador y ha estado atravesado por momentos de gran dificultad.
No necesita Alana S. Portero pedir permiso para ser acogida por su propia genealogía. Si Safo viviese, y en una tarde soleada de junio la avisaran de que Alana estaba aproximándose a su casa, mandaría a las amigas a preparar la habitación con las vistas más bellas, esperando nerviosa la llegada de la poeta.
Tras haberle ofrecido descanso, y un almuerzo copioso, todas nos sentaríamos alrededor de ella y le pediríamos por favor que nos contara una historia apasionada, dolorosa, teatral. Que nos leyese un poema, que bordeara, para nosotras, un misterio. Le daríamos las gracias, a Alana, por su escritura. Querríamos quedarnos a su lado, escuchándola leer este libro, toda la noche.
Mikel Iturriaga, El Comidista.
Recomiendo muchísimo Less, de Andrew Sean Greer (ADN). Es uno de los libros maricas con los que más me he reído (y conmovido) en los últimos años. Cuenta las peripecias de un escritor gay estadounidense de medio pelo a punto de entrar en la cincuentena, que no ha llegado a nada en la vida ni en el terreno personal ni en el profesional. Es un desastre para casi todo, pero a la vez es un tipo entrañable al que no dejan de pasarle cosas tan humillantes como divertidas. Me pareció una novela inteligentísima, ácida y humana a la vez, con la que se lo puede pasar bien cualquiera y que describe a la perfección qué supone cometer el pecado más imperdonable en un hombre homosexual: envejecer.
Nerea Pérez de las Heras, periodista, copresentadora de los podcasts Lo Normal y Saldremos mejores.
Prefiero recomendar tres con una frase pequeñita. Las aventuras de China Iron, de la argentina Gabriela Cabezón Cámara (Random House) que es un libro poético. No es una novedad. Es como una relectura del Martín Fierro en clave queer y uno de los libros literariamente más perfectos que he leído. El más disfrutable. Es una obra maestra y una preciosidad. Hay que leérselo todo el rato.
Nuestras esposas bajo el mar, de Julia Armfield (Sigilio), un libro de terror muy inquietante. Y Ritos privados, también de ella (que va a publicar la misma editorial). En ambas historias las protagonistas son mujeres lesbianas, hecho que tampoco cumple ningún papel central en el libro, ya que el relato es otro. Eso te aporta una sensación de normalidad, de algo tan parecido a tu vida… No hace falta incidir en que los personajes son queer, que es muy placentero. Es muy gustoso de leer. Me parece de las autoras de terror más interesantes que hay.
Nando López. Escritor, cuyo último trabajo es Teníamos 15 años (Loqueleo), con ilustraciones de Nicolás Castell.
Recomiendo una novela que no vio la luz en vida de su autora y que sería algo así como nuestro equivalente al Maurice de E. M. Forster: Oculto sendero, de Elena Fortún (Renacimiento). Al igual que Forster, que renunció a publicar la que habría sido una de las primeras novelas de amor gay con final feliz (motivo por el que sabía que la crítica no lo habría perdonado jamás), tampoco Fortún llegó a publicar esta novela que, sin embargo, sí llegaríamos a conocer de manera póstuma gracias a su publicación en 2016. En ella, la célebre creadora de Celia —que bien merece ser reivindicada como una de las plumas más hábiles y populares del siglo XX— nos habla de la búsqueda de su identidad sexual desde la infancia hasta la edad adulta, empleando una prosa evocadora y precisa, siempre atenta a esos detalles, tan minúsculos como reveladores, que jalonan el camino que da título a la obra y que, a lo largo de las páginas de esta Bildungsroman, conduce a la protagonista al descubrimiento y el disfrute del amor sáfico.
Una novela esencial para entender no solo la historia y la lucha del lesbianismo, sino también para seguir construyendo, gracias a los testimonios literarios, esa memoria histórica LGTBIQ+ en la que aún nos faltan tantos títulos, voces y vidas que han vivido ocultas, igual que esta historia, por culpa de quienes ahora, desde las fauces neofascistas, intentan que sintamos de nuevo miedo a ser. Por suerte, siempre podremos volver a recorrer el sendero de Fortún o releer el final esperanzador de Forster para que ese miedo se desvanezca.
Alberto Rodríguez, editor de Dos Bigotes.
Mi recomendación es El pozo de la soledad, de Radclyffe Hall (Dos Bigotes), que publicamos este mes de junio en una cuidadísima edición ilustrada por Carla Berrocal y traducida por Gloria Fortún. Escrita en 1928 por la autora británica, es un hito en la historia de la literatura LGTBIQ+. ¡No es exageración! La obra fue censurada y se vio envuelta en escándalos —entre otros salseos, llegó a ser prohibida tras un sonado juicio en el que se acusó a Hall de obscenidad y de promover el lesbianismo— por atreverse a retratar el amor entre mujeres. El pozo de la soledad ha resistido el paso del tiempo como un emblema de valentía, dignidad y deseo de vivir en libertad.
Su protagonista, Stephen Gordon, desafía las normas de género en una sociedad que no está lista para aceptarla, y su historia, leída y compartida casi un siglo después, sigue tocando fibras muy actuales.
En definitiva: drama, amor y lucha en casi 600 páginas que se leen con el corazón encogido. Una novela apasionante e imprescindible para conocer los orígenes de la literatura queer y para celebrar la diversidad en todas sus formas.
Gonzalo Izquierdo, otro editor de Dos Bigotes.
Recomiendo Brujería y contracultura gay, de Arthur Evan (Segadores y Descontrol), publicado en España con licencia Creative Commons. (Gracias, editoriales verdaderamente independientes y valientes, por traernos joyas como esta). Este ensayo me interesa de forma especial porque une tres cosas con las que me siento identificado: brujería/paganismo, activismo y pluma. Es un libro de los años setenta (traducido por Valentina Ripani), que propone una mirada muy original a la historia (no contada) de la homosexualidad masculina y que funciona a la vez como crítica al sistema capitalista, al patriarcado y a la heteronormatividad. Informativo y muy entretenido.
Maria Barrier. Periodista, copresentadora, con Samantha Hudson, del podcast Bimboficadas.
Stone Butch Blues, de Leslie Feinberg (Levanta Fuego) es una novela imprescindible que da voz a una de las identidades más invisibilizadas dentro de las comunidades queer: la de las mujeres butch. A través de la historia de Jess Goldberg, una joven que crece en los márgenes del género en la Norteamérica industrial de mediados del siglo XX, Feinberg relata con crudeza y ternura la brutalidad que enfrentan quienes no encajan en la feminidad normativa ni en la masculinidad hegemónica.
Jess no solo debe sobrevivir a la violencia física, médica y policial, sino también al borrado constante de su existencia.
En ese sentido, Stone Butch Blues no solo es un relato sobre la disidencia de género, sino también una denuncia contra la exclusión de las butch de los discursos tradicionales sobre mujer, lesbianismo y feminismo. Un libro muy necesario en los espacios feministas actuales, donde las masculinidades disidentes continúan estigmatizadas.
Feinberg logra plasmar la vulnerabilidad de la masculinidad femenina, de las profundas y significativas relaciones entre las putas y las butch y la complicada relación entre género, identidad, sexualidad y expresión. Leer esta novela es un acto de memoria y justicia para todas las butch que fueron –y siguen siendo– silenciadas. Para educarnos a todes.
Los beneficios de las ventas de Stone Butch Blues suelen destinarse a apoyar causas relacionadas con los derechos LGTBIQ+, activismo trans y organizaciones que trabajan por la justicia social. Además, Feinberg misma pidió que el libro estuviera disponible gratuitamente en línea para que nadie quede excluido por motivos económicos, priorizando siempre el conocimiento a la ambición.
Eva Pérez Nanclares, abogada y una de la organizadoras de del EuroCentralAsian Lesbian* Comunity (EL*C).
Escrito en el cuerpo (Anagrama), de Janet Winterson es una novela deliciosa y escrita maravillosamente. La autora británica lesbiana fue obligada por su madre, con 16 años, obligó a elegir entre abandonar el hogar o dejar a la chica de la que estaba enamorada. La leí en términos de obra lésbica, aunque la autora escribe en género no binario: nunca sabes si la persona protagonista es hombre o mujer. El caso es que se enamora perdidamente de Luis, una pelirroja atractiva. Es una historia de pasión, de deseo, y de amor preciosa.
El libro es de 1998. A mí me pilló cuando estaba intentando superar un desamor. Lo viví con mucha virulencia. La recomiendo fervientemente. Nadie debería perdérsela.
Carlos Barea, escritor, cuyo último trabajo es la colección de ensayos Eloy de la Iglesia: el placer oculto del cine español (Dos Bigotes), que él ha coordinado.
El cordero carnívoro, de Agustín Gómez Arcos (Cabaret Voltaire), una novela que cuenta los primeros años de la dictadura desde el punto de vista de un niño homosexual y que lo manifiesta. Hay una reflexión muy profunda acerca de todo lo que supuso la restricción de libertades tanto para personas normativas, las que no lo son y las disidentes. Además, desde el punto de vista inocente de un niño, lo que enriquece la narración. La novela también incluye una relación incestuosa, algo que podría escandalizar hoy en día.
Es una obra escrita por uno de los grandes genios de la de la literatura española, pero en francés. El autor, de Almería, tuvo que huir del país. Escribió toda su vida en francés por lo que su obra ha tenido que ser traducida.
Hugo Marlo, cantante.
Tal y como eres, de Sandra Miró (Planeta de libros) me pareció un libro bonito e importante. Necesario. Habla de un grupo de amigos que son LGTBIQ+ y el protagonista es un chico trans. Para mí ha sido la primera vez que me he podido sentir identificado leyendo un libro porque había un personaje trans, un chico, que, además, se enamora de un chico. Algo que está bastante invisibilizado: a los chicos trans también les pueda gustar los chicos, no tienen por qué ser heteros. Es un libro muy entretenido, lo recomiendo un montón.
Marta Villena. Periodista de EL PAÍS.
Cuando Valentijn descubre que es portadore de un defecto genético con altas probabilidades de desarrollar el mismo cáncer de mama que mató a su madre, decide someterse a una doble mastectomía, pero, al contrario que Angelina Jolie, Valentijn no quiere reconstruirse el pecho.
Este es el punto de partida de Antiboy, de Valentijn Hoogenkamp (Bunkerbooks), un ensayo biográfico sobre la identidad, el autodescubrimiento, la construcción del género y las relaciones que de ella se generan. Un viajazo emocional por el incómodo mundo de lo binario, en el que intentar existir al margen de los estereotipos de género tiene un coste muy alto.
Almudena Ávalos. Jefa de gastronomía de EL PAÍS.
Hay dudas que se despiertan en la adolescencia y no nos abandonan nunca. Otras sí, otras se resuelven rápido con la experiencia, sobre todo con la experiencia. El ataque de las cabras (Random House), debut literario de la Laura Chivite (Pamplona, 1985), es una novela con trazas de surrealismo, telequinesis y secretos familiares de esos que, aunque se intenten tapar, rebosan por los bordes.
Está protagonizada por la verosímil (pero increíble) historia de una cabra que se convierte en cineasta y la relación de una tía que está de vuelta y su sobrina, que comienza su despertar a la vida.
Un libro vertebrado por el humor (es inevitable alguna carcajada leyéndolo), por el que pasan gatos, un grupo punki lésbico de Pamplona de nombre Pezón Suicida, amigas, amantes, y escrito con la libertad de una voz inteligente de una generación que ha tenido la suerte de crecer con referentes queer. Como una caña en una terraza con una amiga a la que hace mucho que no ves.
Tom C. Avendaño. Periodista de EL PAÍS.
Juanpe Sánchez López, uno de los poetas con voz más propia en España, tiene la capacidad de agrandar lo diminuto, lo íntimo, lo privado, lo casi insignificante y convertirlo en una cuestión tan gigante como el sentido de la vida: lo suyo es lo contrario a la pretensión.
Ha publicado un ensayo académico sobre el amor en la era de las relaciones líquidas y la sobreexplotación, Superemocional (Continta me tienes) y ya en su anterior poemario, Desde las gradas (Letraversal), mostraba un don para la musicalidad y para escribir sobre la inocencia, no como algo que se pierde, sino como marco para apreciar lo sutil, pequeño y efímero (eso en el contenido; en la forma digamos que recuerda a Lorca, a Mariano Blatt y a la Generación del 27).
En su último y espectacular libro, Tonterías (Letraversal), estas dos tendencias confluyen en un poemario que se lee casi como un libro de relatos, pero también como un manifiesto en el que describe mejor que nunca su espectro emocional: de repente los sentimientos de un niño gay que experimenta sexualmente con un hetero o los novios pasados del autor se convierten en una cuestión universal, algo cotidiano y, a la vez, capaz de hacernos sentir especial a todos.
Pablo León. Corresponsal LGTBIQ+ de EL PAÍS.
Venimos del Fuego de Sergio Bang (Plaza y Janés). La primera novela de Bang, gestor cultural al frente de la librería Grant, en Lavapiés (Madrid), nos traslada a la España de 1975. Varios jóvenes, con muchas aspiraciones y pocas seguridades, asisten a los estertores del franquismo, entre protestas, libros y disidencias sexuales. Una inmersión en un Madrid en el que los grises persiguen estudiantes, las señoras toman té en el Embassy y aún se aplica la ley de vagos y maleantes para castigar la homosexualidad. Una novela de memoria LGTBIQ+ cuando se cumple medio siglo de la muerte del dictador.
Springfield, de Serguéi Davydov (Consonni) es otro debut. En este caso de un joven autor ruso cuenta la historia de dos jóvenes homosexuales que viven en una ciudad de provincias, cerca de la frontera con Kazajistán. No pudo editarse en Rusia en aplicación de la ley de Vladímir Putin que veta a las personas LGTBIQ+ visibilizarse en público. Por ello ha sido publicada en Alemania, en ruso, y ahora se traduce al español. Es el primer trabajo de la editorial Freedom Letters, que tiene como objetivo visibilizar textos censurados por el régimen de Putin.
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