«Un virus creado por el hombre, mira cómo mueren millones / el mayor negocio de sus vidas / aquí está la inflación, ese es el precio que pagas / Esto es el Karmageddon / pon las noticias y cómete sus mentiras / elige entre Kim y Kanye / cultura de la cancelación, qué guay / Es el Karmageddon». Esta es la polémica estrofa, aunque no la única, que hizo que la discográfica de la australiana Iyah May le retirara su apoyo económico. Sin embargo, decidida a esquivar la censura, May ha publicado la canción gracias a una pequeña productora y ha encontrado un éxito brutal en tan sólo dos semanas.
Como si se tratara de un efecto bumerán de la cancelación, la cantante captó la atención de centenares de miles de personas cuando denunció en Instagram que su mánager y su discográfica la abandonaron porque ella se negó a cambiar ciertas partes de la canción. En la letra, la artista carga contra las «grandes farmacéuticas», un «virus creado por el hombre», en obvia referencia al coronavirus, «la cultura de la cancelación», el «genocidio de Israel» y las «mentiras de los medios». Llama, en definitiva, al público a «abrir los ojos» para ver la realidad sin anteojos ideológicos, a tener un pensamiento crítico.
Por si quedara alguna duda sobre los objetivos de la letra, la propia Iyah May describe la canción en su página web como «una forma de abordar la narrativa de la pandemia, la corrupción dentro de las instituciones políticas, farmacéuticas y de la salud, el conflicto entre Israel y Palestina, la violencia contra las mujeres y el caos social que se ha extendido por el mundo en los últimos años».
«Aunque Karmageddon ha generado mucha controversia y debate, Iyah se ha mantenido firme», dice la web, que abunda: «Se negó a comprometer su visión cuando se le pidió que cambiara una línea clave de la letra, lo que llevó al final de su contrato con su representante. Decidió alejarse de su sello discográfico y ahora, de manera independiente, Iyah continúa forjando su propio camino como artista».
Triunfa en EEUU
Meet Iyah May.
She is an Australian based singer who just lost a contract with her management company because she refused to change these lyrics.
It’s amazing!
pic.twitter.com/wnTLKCalY4
— Ryan Fournier (@RyanAFournier) December 30, 2024
La canción ha llegado hasta la derecha republicana de Estados Unidos, que la ha celebrado enormemente, al haberla interpretado como un himno contra los globalistas que tratan de imponer una narrativa única. Ryan Fournier, el presidente de Students for Trump, ha compartido un clip de la canción en X con el mensaje «conozcan a Iyah May»: «Es una cantante australiana que acaba de perder un contrato con su compañía de representación porque se negó a cambiar esta letra. ¡Es increíble!». El tuit cuenta con más de seis millones de visualizaciones.
El triunfo de la canción en el país norteamericano tiene sentido si se tiene en cuenta el impacto que ahí ha tenido el demoledor informe publicado en diciembre por un comité del Congreso de Estados Unidos liderado por republicanos. Este concluye que el origen de la pandemia fue la fuga de un laboratorio de Wuhan, abonando la teoría del origen político del virus, y que la mayoría de las medidas que se tomaron para evitar el contagio fueron desproporcionadas y acientíficas, como la del distanciamiento social propuesta por Anthony Fauci, que admite que se la inventó.
May, que además de artista es médico y ejerció como tal en los duros inicios de la pandemia, le dedica una estrofa al doctor Fauci: «Estoy harta de todas estas mentiras locas / un circo sobre la decadencia humana / solo queremos una vida pacífica / devuélvanle a la gente sus derechos / y todavía tengo un problema / porque Fauci se ríe y nosotros hemos estado dormidos / y la mentira se arraiga / las grandes farmacéuticas os van a comer / son un demonio, debilítenlos».
Tras ser censurada, May siguió su instinto y su valentía ha sido recompensada con millones de reproducciones por todo el mundo en apenas dos semanas. «Para mí, este es un ejemplo perfecto de confiar en el proceso y confía en tu intuición. Los nuevos comienzos suelen disfrazarse de finales dolorosos. Dios tiene un plan», ha dicho en sus redes sociales la cantante tras el éxito cosechado.
«Un virus creado por el hombre, mira cómo mueren millones / el mayor negocio de sus vidas / aquí está la inflación, ese es el precio
«Un virus creado por el hombre, mira cómo mueren millones / el mayor negocio de sus vidas / aquí está la inflación, ese es el precio que pagas / Esto es el Karmageddon / pon las noticias y cómete sus mentiras / elige entre Kim y Kanye / cultura de la cancelación, qué guay / Es el Karmageddon». Esta es la polémica estrofa, aunque no la única, que hizo que la discográfica de la australiana Iyah May le retirara su apoyo económico. Sin embargo, decidida a esquivar la censura, May ha publicado la canción gracias a una pequeña productora y ha encontrado un éxito brutal en tan sólo dos semanas.
Como si se tratara de un efecto bumerán de la cancelación, la cantante captó la atención de centenares de miles de personas cuando denunció en Instagram que su mánager y su discográfica la abandonaron porque ella se negó a cambiar ciertas partes de la canción. En la letra, la artista carga contra las «grandes farmacéuticas», un «virus creado por el hombre», en obvia referencia al coronavirus, «la cultura de la cancelación», el «genocidio de Israel» y las «mentiras de los medios». Llama, en definitiva, al público a «abrir los ojos» para ver la realidad sin anteojos ideológicos, a tener un pensamiento crítico.
Por si quedara alguna duda sobre los objetivos de la letra, la propia Iyah May describe la canción en su página web como «una forma de abordar la narrativa de la pandemia, la corrupción dentro de las instituciones políticas, farmacéuticas y de la salud, el conflicto entre Israel y Palestina, la violencia contra las mujeres y el caos social que se ha extendido por el mundo en los últimos años».
«Aunque Karmageddon ha generado mucha controversia y debate, Iyah se ha mantenido firme», dice la web, que abunda: «Se negó a comprometer su visión cuando se le pidió que cambiara una línea clave de la letra, lo que llevó al final de su contrato con su representante. Decidió alejarse de su sello discográfico y ahora, de manera independiente, Iyah continúa forjando su propio camino como artista».
La canción ha llegado hasta la derecha republicana de Estados Unidos, que la ha celebrado enormemente, al haberla interpretado como un himno contra los globalistas que tratan de imponer una narrativa única. Ryan Fournier, el presidente de Students for Trump, ha compartido un clip de la canción en X con el mensaje «conozcan a Iyah May»: «Es una cantante australiana que acaba de perder un contrato con su compañía de representación porque se negó a cambiar esta letra. ¡Es increíble!». El tuit cuenta con más de seis millones de visualizaciones.
El triunfo de la canción en el país norteamericano tiene sentido si se tiene en cuenta el impacto que ahí ha tenido el demoledor informe publicado en diciembre por un comité del Congreso de Estados Unidos liderado por republicanos. Este concluye que el origen de la pandemia fue la fuga de un laboratorio de Wuhan, abonando la teoría del origen político del virus, y que la mayoría de las medidas que se tomaron para evitar el contagio fueron desproporcionadas y acientíficas, como la del distanciamiento social propuesta por Anthony Fauci, que admite que se la inventó.
May, que además de artista es médico y ejerció como tal en los duros inicios de la pandemia, le dedica una estrofa al doctor Fauci: «Estoy harta de todas estas mentiras locas / un circo sobre la decadencia humana / solo queremos una vida pacífica / devuélvanle a la gente sus derechos / y todavía tengo un problema / porque Fauci se ríe y nosotros hemos estado dormidos / y la mentira se arraiga / las grandes farmacéuticas os van a comer / son un demonio, debilítenlos».
Tras ser censurada, May siguió su instinto y su valentía ha sido recompensada con millones de reproducciones por todo el mundo en apenas dos semanas. «Para mí, este es un ejemplo perfecto de confiar en el proceso y confía en tu intuición. Los nuevos comienzos suelen disfrazarse de finales dolorosos. Dios tiene un plan», ha dicho en sus redes sociales la cantante tras el éxito cosechado.
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