Suenan villancicos tradicionales en la voz de los ‘Pibes Trujillo’ en Cuenca

“Claveles y rosas”, “Dulce Jesús Mío”, “Entre pajas y el heno” fueron algunos de los villancicos interpretados la noche del 11 de diciembre de 2024 por Juan Ernesto y Luis Enrique Trujillo Echanique, conocidos como los ‘Pibes Trujillo’.

Por primera vez, los hermanos se presentaron en un escenario de Cuenca, acompañados por coros estudiantiles, para revivir las canciones navideñas que grabaron hace más de seis décadas.

Con 73 y 75 años, respectivamente, los hermanos recibieron un homenaje en el Teatro Pumapungo. El evento contó con la participación de coros de instituciones como el Conservatorio “José María Rodríguez” y las unidades educativas “Ausubel High School”, “Sor Teresa Valsé”, “Sudamericano” y “Alborada”, entre otras.

Este tributo, realizado como parte del Festival de Música y Danza Navidad Andina, continuará hoy 12 de diciembre a las 19:00 con una segunda jornada de celebración, con unas 150 personas en escena.

Música navideña

Los Trujillo, oriundos de Quito, marcaron la historia de la música navideña ecuatoriana durante la década de 1960. De niños, cantaban en las novenas del Niño Jesús en las iglesias del barrio América. Juan tenía cinco años y Luis siete, también estuvo su hermano Oswaldo, en ese momento de nueve años, quien posteriormente falleció.

En 1961, grabaron un disco de larga duración con villancicos tradicionales, especialmente los del compositor lojano Salvador Bustamante Celi, que se convirtió en un clásico navideño.

Sin embargo, su camino no estuvo exento de dificultades. Quedaron huérfanos a temprana edad y fueron criados por un tío que descubrió su talento musical, aunque el rigor de su crianza dejó cicatrices emocionales.

“Nuestra carrera comenzó en la iglesia del Perpetuo Socorro, pero alguien se apodera de nosotros, se aprovecha de tres niños inocentes que cantaban con amor al Niño Dios», dice Luis, segunda voz del dueto.

«No sabíamos cuánto se cobraba, cuánto pagaban y por eso hoy estamos ‘chiros’”.

Lo que empezó como una expresión de fe se convirtió en un patrimonio cultural. A pesar de que sus canciones han trascendido generaciones, los hermanos lamentan que su trabajo no haya sido reconocido con contratos justos o beneficios económicos.

Un don

“Nuestra infancia estuvo marcada más por el deber que por la alegría”, mencionó Juan, primera voz del conjunto, quien destaca que su don para cantar fue un regalo divino que Dios les dio. 

“Jamás pensamos que íbamos a dejar un legado tan duradero para nuestras familias y la comunidad”.

Su carrera musical fue breve, de 1960 a 1964. Con la adolescencia llegó el cambio de voz, su tío los dejó en la calle y fueron recogidos por su abuela materna.

Luis trabajó como zapatero y pintor de casas, antes de dedicarse al fútbol, donde destacó como defensa central en El Nacional bajo los apodos de ‘Aguacerito’ y ‘Trompudo’ Trujillo. Juan, por su parte, se especializó en electricidad.

“Nos hubiera gustado continuar con la música, especialmente con pasillos y música nacional. Aunque no fue posible, lo que hicimos quedó grabado en letras indelebles”, reflexionan los hermanos.

Y es que hoy su música perdura y sigue siendo parte de las festividades en hogares ecuatorianos y en comunidades de migrantes fuera del país. 

Un tributo en Cuenca

El homenaje en Cuenca, impulsado por Diego Zamora, barítono y presidente de la Corporación DIZA, busca reivindicar el legado de los ‘Pibes Trujillo’.

“Es un honor rendir tributo a grandes baluartes, patrimonio sonoro que ha trascendido generaciones”.

Zamora ve en este homenaje una oportunidad para transmitir un mensaje a los jóvenes: valorar el patrimonio intangible del país.

Las entradas para el evento, con un valor simbólico de 5 dólares, están disponibles en El Surtido.

“Recibimos este homenaje con alegría y gratitud, con la satisfacción de que todavía hay gente que nos recuerda con mucho cariño. Nos encantaría recibir uno similar en Quito, nuestra ciudad, pero como dicen, ‘nadie es profeta en su tierra’. Aquí en Cuenca nos sentimos muy agradecidos y bendecidos”, expresaron los Trujillo a El Mercurio. (PNH)-(I)

“El gusto por la música, el don de cantar es un don que Dios nos dio, jamás pensamos que íbamos a trascender tanto y dejar este legado”. Luis Trujillo. Segunda voz de los ‘Pibes Trujillo’

La entrada Suenan villancicos tradicionales en la voz de los ‘Pibes Trujillo’ en Cuenca se publicó primero en Diario El Mercurio.

 “Claveles y rosas”, “Dulce Jesús Mío”, “Entre pajas y el heno” fueron algunos de los villancicos interpretados la noche del 11 de diciembre de 2024 por Juan Ernesto y Luis Enrique Trujillo Echanique, conocidos como los ‘Pibes Trujillo’. Por primera vez, los hermanos se presentaron en un escenario de Cuenca, acompañados por coros estudiantiles, para …
La entrada Suenan villancicos tradicionales en la voz de los ‘Pibes Trujillo’ en Cuenca se publicó primero en Diario El Mercurio.  

“Claveles y rosas”, “Dulce Jesús Mío”, “Entre pajas y el heno” fueron algunos de los villancicos interpretados la noche del 11 de diciembre de 2024 por Juan Ernesto y Luis Enrique Trujillo Echanique, conocidos como los ‘Pibes Trujillo’.

Por primera vez, los hermanos se presentaron en un escenario de Cuenca, acompañados por coros estudiantiles, para revivir las canciones navideñas que grabaron hace más de seis décadas.

Con 73 y 75 años, respectivamente, los hermanos recibieron un homenaje en el Teatro Pumapungo. El evento contó con la participación de coros de instituciones como el Conservatorio “José María Rodríguez” y las unidades educativas “Ausubel High School”, “Sor Teresa Valsé”, “Sudamericano” y “Alborada”, entre otras.

Este tributo, realizado como parte del Festival de Música y Danza Navidad Andina, continuará hoy 12 de diciembre a las 19:00 con una segunda jornada de celebración, con unas 150 personas en escena.

Música navideña

Los Trujillo, oriundos de Quito, marcaron la historia de la música navideña ecuatoriana durante la década de 1960. De niños, cantaban en las novenas del Niño Jesús en las iglesias del barrio América. Juan tenía cinco años y Luis siete, también estuvo su hermano Oswaldo, en ese momento de nueve años, quien posteriormente falleció.

En 1961, grabaron un disco de larga duración con villancicos tradicionales, especialmente los del compositor lojano Salvador Bustamante Celi, que se convirtió en un clásico navideño.

Sin embargo, su camino no estuvo exento de dificultades. Quedaron huérfanos a temprana edad y fueron criados por un tío que descubrió su talento musical, aunque el rigor de su crianza dejó cicatrices emocionales.

“Nuestra carrera comenzó en la iglesia del Perpetuo Socorro, pero alguien se apodera de nosotros, se aprovecha de tres niños inocentes que cantaban con amor al Niño Dios», dice Luis, segunda voz del dueto.

«No sabíamos cuánto se cobraba, cuánto pagaban y por eso hoy estamos ‘chiros’”.

Lo que empezó como una expresión de fe se convirtió en un patrimonio cultural. A pesar de que sus canciones han trascendido generaciones, los hermanos lamentan que su trabajo no haya sido reconocido con contratos justos o beneficios económicos.

Un don

“Nuestra infancia estuvo marcada más por el deber que por la alegría”, mencionó Juan, primera voz del conjunto, quien destaca que su don para cantar fue un regalo divino que Dios les dio. 

“Jamás pensamos que íbamos a dejar un legado tan duradero para nuestras familias y la comunidad”.

Su carrera musical fue breve, de 1960 a 1964. Con la adolescencia llegó el cambio de voz, su tío los dejó en la calle y fueron recogidos por su abuela materna.

Luis trabajó como zapatero y pintor de casas, antes de dedicarse al fútbol, donde destacó como defensa central en El Nacional bajo los apodos de ‘Aguacerito’ y ‘Trompudo’ Trujillo. Juan, por su parte, se especializó en electricidad.

“Nos hubiera gustado continuar con la música, especialmente con pasillos y música nacional. Aunque no fue posible, lo que hicimos quedó grabado en letras indelebles”, reflexionan los hermanos.

Y es que hoy su música perdura y sigue siendo parte de las festividades en hogares ecuatorianos y en comunidades de migrantes fuera del país. 

Un tributo en Cuenca

El homenaje en Cuenca, impulsado por Diego Zamora, barítono y presidente de la Corporación DIZA, busca reivindicar el legado de los ‘Pibes Trujillo’.

“Es un honor rendir tributo a grandes baluartes, patrimonio sonoro que ha trascendido generaciones”.

Zamora ve en este homenaje una oportunidad para transmitir un mensaje a los jóvenes: valorar el patrimonio intangible del país.

Las entradas para el evento, con un valor simbólico de 5 dólares, están disponibles en El Surtido.

“Recibimos este homenaje con alegría y gratitud, con la satisfacción de que todavía hay gente que nos recuerda con mucho cariño. Nos encantaría recibir uno similar en Quito, nuestra ciudad, pero como dicen, ‘nadie es profeta en su tierra’. Aquí en Cuenca nos sentimos muy agradecidos y bendecidos”, expresaron los Trujillo a El Mercurio. (PNH)-(I)

“El gusto por la música, el don de cantar es un don que Dios nos dio, jamás pensamos que íbamos a trascender tanto y dejar este legado”. Luis Trujillo. Segunda voz de los ‘Pibes Trujillo’

 CULTURA archivos – Diario El Mercurio

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