El picante es la vara de medir. Y la palabra clave, spice. Se trata del gran fenómeno literario de los últimos años, el romantasy, esa mezcla de fantasía y romance en la que las academias de magos, los imperios medievales, los jinetes de dragones o los cazadores de monstruos no se embarcan solo en una misión épica, sino también en relaciones sentimentales cuyo gradiente puede ir de besos y caricias a escenas de sexo más o menos explícitas. Y las explícitas son muy explícitas. En foros digitales, en páginas web, en vídeos de YouTube, una comunidad de millones de lectores (sobre todo lectoras) está atenta al nivel de picante, de spice, de los libros, que puntúan de forma informal de uno a cinco guindillas. De los hipersexuales jinetes de dragón de Rebecca Yarros a los inmortales y hermosos faes de Sarah J. Maas, bienvenidos al reino del romantasy, el gran fenómeno literario de nuestro tiempo.
Mezcla de elementos fantásticos con romance, los libros adscritos al género no paran de trepar por las listas de ventas
El picante es la vara de medir. Y la palabra clave, spice. Se trata del gran fenómeno literario de los últimos años, el romantasy, esa mezcla de fantasía y romance en la que las academias de magos, los imperios medievales, los jinetes de dragones o los cazadores de monstruos no se embarcan solo en una misión épica, sino también en relaciones sentimentales cuyo gradiente puede ir de besos y caricias a escenas de sexo más o menos explícitas. Y las explícitas son muy explícitas. En foros digitales, en páginas web, en vídeos de YouTube, una comunidad de millones de lectores (sobre todo lectoras) está atenta al nivel de picante, de spice, de los libros, que puntúan de forma informal de uno a cinco guindillas. De los hipersexuales jinetes de dragón de Rebecca Yarros a los inmortales y hermosos faes de Sarah J. Maas, bienvenidos al reino del romantasy, el gran fenómeno literario de nuestro tiempo.

“Yo llego a estos libros después de leer Harry Potter. Quería algo que me sumergiera tanto, y empecé a leer romance distópico. Comencé con Destrózame (nivel spice: 3)”. Lo cuenta Adriana Atitar, de 15 años, que también es fan de Powerles o la saga de Alas de sangre. “Lo compré yo sola porque empecé a leer de romantasy por internet. Se lo recomendé a todas mis amigas y ahora estamos todas enganchadas”, cuenta. La referencia al plural femenino guarda quizá una de las claves del fenómeno: ¿es un movimiento de chicas? “Yo creo que sí. Al menos en mi colegio y mi entorno. De todos los que seguimos el fenómeno, solo uno es chico”. De todas las chicas que la rodean, la que no ha caído en la red del romantasy es justo su hermana gemela, María: “Ella prefiere leer novelas de romance al uso. No le gustan estos libros porque, al final, también hay acción y violencia”.
Adriana cuenta además que los argumentos, romance aparte, entroncan directamente con el imaginario femenino: “Las protagonistas suelen ser mujeres y, además de la trama fantástica, siempre hay como un objetivo oculto, que es el de encontrar su lugar en el mundo, y creo que por eso conectan con las chicas”. Su favorita, cuenta, es Trono de cristal (nivel spice: 1), que “tiene romance, pero está más enfocado a la fantasía”.
Callie Hart, autora de otro de los fenómenos del género, Quicksilver (2,5 de spice), da más claves del éxito del género. “Escribir cualquier historia que incluya una gran construcción de mundo, magia compleja o mitología, y un objetivo general que impulse todo hacia adelante, siempre es un desafío que conecta con el público”, explica. “Me encanta leer fantasía y ciencia ficción. La fantasía épica siempre ha sido mi género favorito. También disfruto mucho de escribir romance en mis historias, así que fue algo muy natural para mí querer combinar ambos elementos en mi trabajo”. La autora, a la fantasía y el romance, añade además un toque oscuro. “Hay libros increíbles en este género”, explica, “y me encanta ver cómo cada autor ofrece su propia versión de la fantasía”.
En su caso, la novela cuenta el romance entre la protagonista (una joven que no pide permiso y que oculta poderes mágicos) y un representante de una raza mágica y letal, los faes. “Es un reto divertido averiguar cómo superponer elementos de romance y conflicto sobre un trasfondo de aventura, y tratar de que todos los aspectos se complementen entre sí y funcionen como un conjunto armonioso”, cuenta Hart, que ha escrito más de 40 libros pero acaba de dar la campanada con Quicksilver, número 1 en EE UU. “Por suerte, siento que encontré mi estilo hace tiempo, así que fue fácil escribir Quicksilver de una manera que resonara conmigo y se sintiera natural”. Los números la avalan.
La lista de títulos adscritos al género es más larga que la cola de un dragón: Una corte de rosas y espinas (de Sarah J. Maas y que alcanza el nivel de spice 5 en su segundo volumen); Trono de cristal (de la misma autora y que va subiendo de 1 a 4 del primer al séptimo libro); De sangre y cenizas (Jennifer L. Armentrout, nivel 5); La bruja y la vampira (Francesca Flores, nivel 3); El reino del puente (Danielle L. Jensen, entre 3 y 4); Destrózame (Tahereh Mafi, del 2 al 4 conforme avanza la trama); Powerless (Nivel 1 y escrita por Lauren Roberts, que ha visitado la Feria del Libro de Madrid en loor de multitudes)… Aunque sin duda la reina de todo esto es, ahora mismo, Rebeca Yarros, con su Saga Empíreo (claro ejemplo de nivel 5), que inició en 2023 con Alas de Sangre, continuó con Alas de Hierro y del que se acaba de publicar la tercera parte, Alas de Ónix, que cuando salió en febrero vendió en España más de 120.000 ejemplares en menos de una semana.
“La recepción de los lectores de Yarros es extraordinaria. A raíz del éxito en Estados Unidos, los lectores conocían el libro a través de las redes sociales (sobre todo de Booktok) y esperaban con ansia la publicación en español”, cuenta María Guitart, editora de Rebecca Yarros en España (en Planeta). De los dos primeros libros y solo en EE UU vendió 12 millones de copias, y en España lleva más de un millón. “El gran secreto del éxito es el grandísimo talento de Yarros para construir un mundo único en el que el lector quiere vivir”, cuenta Guitart, que destaca que “la construcción del mundo, el word building, es esencial: hace que pases las páginas sin darte cuenta”.
En el caso de la saga de Yarros, hablamos de una academia de jóvenes (estilo Harry Potter), pero de jinetes de dragón. Y con sexo. La editora cree que lo que hace distinto a esta serie de otros fenómenos literarios es la originalidad de la historia, que atrae a lectores de todo tipo y de todas las edades: “Una búsqueda para salvar un mundo en guerra y una gran historia de amor”. La historia, esto es importante, está protagonizada por Violet, una chica que, lejos de ser la más fuerte y la más guapa, es la más vulnerable. “Saca el máximo partido de su firme boca, su suave lengua y su áspera barba de tres días, hasta que estoy casi segura de que podría hacer que me corriera con solo besarme el cuello”. “Cojo aire deprisa cuando baja los labios a uno de mis pezones, y a continuación se sirve de la lengua y los dientes para recrearse con él”… no es literatura erótica, sino párrafos un poco al azar de Alas de Onix.

“Para nosotras el romantasy va más allá de ser un simple género literario en auge. Es la mezcla perfecta entre los libros que leíamos en nuestra adolescencia —distopías, fantasía, ficción…— con el romance que ahora tanto disfrutamos”. Beatriz Blanco y Natalia Martín son las Hermanas Greenwood, el capítulo español del romantasy. No son hermanas de sangre. “Somos muy exhaustivas con las escaletas que hacemos de los capítulos antes de comenzar a escribir como tal y nos empeñamos mucho en ver un equilibrio y una continuidad en ambos aspectos: la trama fantástica y la romántica”, explican sobre la construcción de sus libros en un autoimpuesto plural que las hermana aún más. Comenzaron a escribir juntas en el 2019 (la pandemia les dio mucho tiempo para conectar y comenzar a hilar historias juntas) y lo que empezó como un simple “a ver si podemos” ha desembocado en cinco libros publicados a cuatro manos: en 2024 publicaron La tierra de los dorados, un mundo estratificado en el que las familias de cada nivel deben entregar a los dioses dorados a sus primogénitos.
¿No está el mercado saturado? ¿No asusta meterse en un ecosistema tan competitivo? “El mercado español está saturado en este género principalmente de novelas extranjeras que son traducidas”, explican. “Creemos que nuestro enfoque puede ser, aunque siguiendo la clave de lo que funciona, algo único al ser una voz nacional que puede conectar más fácilmente con las lectoras españolas y conocer lo que buscan o quieren encontrar en un libro”, explican. Justo ahora publican El mar de los ahogados, que, como muestra el termómetro de su contraportada, tiene tres guindillas sobre cinco.
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