El conocido compositor Lalo Schifrin, autor de la banda sonora de Misión: Imposible, entre otras muchas, ha fallecido este jueves a los 93 años de edad, como han confirmado sus hijos a las revistas estadounidenses Deadline y Variety. Schifrin, considerado uno de los compositores cinematográficos más influyentes de su generación, era argentino (nació en Buenos Aires en 1932) pero residía en Estados Unidos. También fue pianista y director de orquesta.
Su padre era el concertino de la Orquesta Filarmónica de la ciudad. Su temprana exposición a la música clásica lo moldeó, pero en su adolescencia, Schifrin descubrió el jazz, que posteriormente combinó hábilmente con elementos clásicos, un sello distintivo de su música para cine y televisión.
Entre sus numerosos créditos como director se encuentran la Orquesta Sinfónica de Londres, la Orquesta Filarmónica de Londres, la Orquesta Sinfónica de Viena, la Filarmónica de Los Ángeles, la Filarmónica de Israel, la Filarmónica de México, la Orquesta Sinfónica de Sídney y la Orquesta de Cámara del Lincoln Center. También fue director musical de la Orquesta Sinfónica de Glendale durante seis años a partir de 1989.
Como pianista de jazz, trabajó con leyendas como Dizzy Gillespie, Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald, Stan Getz, Count Basie, Jon Faddis, James Moody, Louie Bellson y Kenny Burrell. Schifrin lanzó más de 50 álbumes entre 1957 y 2018 y participó en más de 40 bandas sonoras, así como en discos de artistas como Gillespie, Basie, Vaughan, The Three Tenors, Getz, Cannonball Adderly y Jimmy Smith.
Su época dorada fueron las décadas de 1960 y 1970, cuando produjo varias bandas sonoras para cine y televisión (más de un centenar) que hoy se consideran clásicos. Entre sus bandas sonoras más recordadas se encuentran Bullitt, Starsky & Hutch y varias películas de Harry el sucio, protagonizadas por Clint Eastwood.
Schifrin ganó varios premios Grammy y fue nominado al Oscar en seis ocasiones, incluyendo nominaciones a la mejor banda sonora por El Golpe II, La Competencia, Horror en Amityville, La travesía de los condenados, El Zorro y La leyenda del indomable, además de una nominación a mejor canción por The Competition (1980), pero era especialmente conocido por sus temas para televisión.
En 2018, Schifrin se convirtió en el tercer compositor en la historia de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas en recibir un Óscar honorífico. Clint Eastwood, para quien Schifrin compuso ocho partituras, hizo la entrega «en reconocimiento a su estilo musical único, su integridad compositiva y sus influyentes contribuciones al arte de la música cinematográfica».
‘Misión Imposible’ y la fama eterna
Sin embargo, su composición más famosa fue el tema de la serie de televisión Misión: Imposible que creó sin ver la secuencia inicial, ya que recibió el encargo de componer la melodía del título, con la instrucción de escribir «las notas sin nada en la pantalla» y que fuera algo rítmico.
La composición resultante, en un inusual compás de 5/4, se hizo mundialmente famosa y continúa en la franquicia cinematográfica de Tom Cruise, que comenzaron en 1996. Le valió dos de sus cinco premios Grammy y tres de sus cuatro nominaciones al Emmy, y le trajo fama duradera.
El conocido compositor Lalo Schifrin, autor de la banda sonora de Misión: Imposible, entre otras muchas, ha fallecido este jueves a los 93 años de edad,
El conocido compositor Lalo Schifrin, autor de la banda sonora de Misión: Imposible, entre otras muchas, ha fallecido este jueves a los 93 años de edad, como han confirmado sus hijos a las revistas estadounidenses Deadline y Variety. Schifrin, considerado uno de los compositores cinematográficos más influyentes de su generación, era argentino (nació en Buenos Aires en 1932) pero residía en Estados Unidos. También fue pianista y director de orquesta.
Su padre era el concertino de la Orquesta Filarmónica de la ciudad. Su temprana exposición a la música clásica lo moldeó, pero en su adolescencia, Schifrin descubrió el jazz, que posteriormente combinó hábilmente con elementos clásicos, un sello distintivo de su música para cine y televisión.
Entre sus numerosos créditos como director se encuentran la Orquesta Sinfónica de Londres, la Orquesta Filarmónica de Londres, la Orquesta Sinfónica de Viena, la Filarmónica de Los Ángeles, la Filarmónica de Israel, la Filarmónica de México, la Orquesta Sinfónica de Sídney y la Orquesta de Cámara del Lincoln Center. También fue director musical de la Orquesta Sinfónica de Glendale durante seis años a partir de 1989.
Como pianista de jazz, trabajó con leyendas como Dizzy Gillespie, Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald, Stan Getz, Count Basie, Jon Faddis, James Moody, Louie Bellson y Kenny Burrell. Schifrin lanzó más de 50 álbumes entre 1957 y 2018 y participó en más de 40 bandas sonoras, así como en discos de artistas como Gillespie, Basie, Vaughan, The Three Tenors, Getz, Cannonball Adderly y Jimmy Smith.
Su época dorada fueron las décadas de 1960 y 1970, cuando produjo varias bandas sonoras para cine y televisión (más de un centenar) que hoy se consideran clásicos. Entre sus bandas sonoras más recordadas se encuentran Bullitt, Starsky & Hutch y varias películas de Harry el sucio, protagonizadas por Clint Eastwood.
Schifrin ganó varios premios Grammy y fue nominado al Oscar en seis ocasiones, incluyendo nominaciones a la mejor banda sonora por El Golpe II, La Competencia, Horror en Amityville, La travesía de los condenados, El Zorro y La leyenda del indomable, además de una nominación a mejor canción por The Competition (1980), pero era especialmente conocido por sus temas para televisión.
En 2018, Schifrin se convirtió en el tercer compositor en la historia de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas en recibir un Óscar honorífico. Clint Eastwood, para quien Schifrin compuso ocho partituras, hizo la entrega «en reconocimiento a su estilo musical único, su integridad compositiva y sus influyentes contribuciones al arte de la música cinematográfica».
Sin embargo, su composición más famosa fue el tema de la serie de televisión Misión: Imposible que creó sin ver la secuencia inicial, ya que recibió el encargo de componer la melodía del título, con la instrucción de escribir «las notas sin nada en la pantalla» y que fuera algo rítmico.
La composición resultante, en un inusual compás de 5/4, se hizo mundialmente famosa y continúa en la franquicia cinematográfica de Tom Cruise, que comenzaron en 1996. Le valió dos de sus cinco premios Grammy y tres de sus cuatro nominaciones al Emmy, y le trajo fama duradera.
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