En el uso cotidiano del español, una duda frecuente gira en torno a cómo escribir «halar» o «jalar» para referirse a la acción de «tirar de algo o alguien». Aunque en la práctica oral ambas formas suenan igual, normalmente la mayor parte de los hablantes desconocemos cuál es la forma correcta según la Real Academia Española (RAE).
En este artículo analizaremos cuál de las dos formas es la considerada «correcta» según la RAE, explicaremos sus significados, diferencias en contextos orales y escritos, y ofreceremos ejemplos de uso. También reflexionaremos sobre la relevancia de la RAE como autoridad lingüística.
¿«Halar» o «jalar»?, según la RAE
La RAE acepta ambas formas «halar» con «-h» y «jalar» con «-j» como correctas y registradas en sus diccionarios: el Diccionario de la lengua española y el Diccionario panhispánico de dudas. No obstante, se considera que «halar» es la variante etimológica (del francés haler) y se la asocia a un registro más culto, mientras que «jalar» predomina en el lenguaje coloquial y oral de las regiones hispanohablantes.
Por tanto, no hay error ortográfico ni significado distinto: ambas son válidas, pero la elección puede depender del tono, audiencia y contexto comunicativo.
Significado de «halar» o «jalar»
Tanto «halar» como «jalar» comparten el significado básico de «tirar hacia sí de algo o alguien». Es decir, traer algo con fuerza hacia uno mismo. Además, «jalar» posee usos coloquiales adicionales en ciertos países de América. Por ejemplo, «comer con mucho apetito», «aspirar humo». En cambio, «halar» está restringido a un uso más limitado y formal, generalmente dentro del sentido primario de «tirar de».
Diferencias entre el contexto oral y escrito
- Uso oral/coloquial: en conversaciones familiares o informales, especialmente en América Latina, se usa mayoritariamente «jalar», con «-j». Es la forma más frecuente en el habla espontánea y el día a día.
- Uso escrito/formal o culto: en textos formales, académicos o literarios, se prefiere «halar», con «-h», por ser más fiel a la etimología y estar vinculado al registro cuidado del lenguaje.
Por ejemplo: en documentos oficiales o académicos conviene escribir: «Hale usted de este extremo de la cuerda». En cambio, en un diálogo informal: «¡Jala con fuerza la tijera, por favor!».
Ejemplos de «halar» o «jalar»
1. Registro culto o escrito formal
- «Halaron todos con fuerza para izar el ancla del barco».
- «No hales tanto humo de ese cigarro, que puede ser muy nocivo».
(Aquí, «halar» refuerza una expresión más cuidada del español).
2. Registro coloquial o oral
- «Jala la puerta; no se queda cerrada».
- «Dejen de jalar del cable o se va a romper».
Estas frases son habituales en el habla cotidiana en Hispanoamérica y se consideran correctas dentro de su contexto.
3. Usos regionales en América Latina
En ninguno de estos casos se usa «halar» halar, que queda restringido a su acepción principal.
- En México: «Jaló todo el filete», como «comer con apetito».
- En Cuba o Honduras: «Ella jaló mucho humo en la fiesta».
La importancia de la RAE
La Real Academia Española, junto con las Academias de América y el Diccionario panhispánico de dudas, se erige como la principal autoridad normativa del español. Cuando aclara que ambas formas son válidas y especifica qué variantes caen dentro del uso culto, cuál predominan en el habla cotidiana y en qué regiones, provee una guía esencial para escritores, docentes, lingüistas y hablantes interesados en un uso riguroso del idioma.
Así la decisión entre una u otra no implica error, sino una elección consciente de registro y estilo. La RAE, por su parte, sigue siendo el referente normativo que clarifica estas cuestiones, adaptándose a la evolución y diversidad del español en todos sus hablantes.
En el uso cotidiano del español, una duda frecuente gira en torno a cómo escribir «halar» o «jalar» para referirse a la acción de «tirar de
En el uso cotidiano del español, una duda frecuente gira en torno a cómo escribir «halar» o «jalar» para referirse a la acción de «tirar de algo o alguien». Aunque en la práctica oral ambas formas suenan igual, normalmente la mayor parte de los hablantes desconocemos cuál es la forma correcta según la Real Academia Española (RAE).
En este artículo analizaremos cuál de las dos formas es la considerada «correcta» según la RAE, explicaremos sus significados, diferencias en contextos orales y escritos, y ofreceremos ejemplos de uso. También reflexionaremos sobre la relevancia de la RAE como autoridad lingüística.
La RAE acepta ambas formas «halar» con «-h» y «jalar» con «-j» como correctas y registradas en sus diccionarios: el Diccionario de la lengua española y el Diccionario panhispánico de dudas. No obstante, se considera que «halar» es la variante etimológica (del francés haler) y se la asocia a un registro más culto, mientras que «jalar» predomina en el lenguaje coloquial y oral de las regiones hispanohablantes.
Por tanto, no hay error ortográfico ni significado distinto: ambas son válidas, pero la elección puede depender del tono, audiencia y contexto comunicativo.
Tanto «halar» como «jalar» comparten el significado básico de «tirar hacia sí de algo o alguien». Es decir, traer algo con fuerza hacia uno mismo. Además, «jalar» posee usos coloquiales adicionales en ciertos países de América. Por ejemplo, «comer con mucho apetito», «aspirar humo». En cambio, «halar» está restringido a un uso más limitado y formal, generalmente dentro del sentido primario de «tirar de».
- Uso oral/coloquial: en conversaciones familiares o informales, especialmente en América Latina, se usa mayoritariamente «jalar», con «-j». Es la forma más frecuente en el habla espontánea y el día a día.
- Uso escrito/formal o culto: en textos formales, académicos o literarios, se prefiere «halar», con «-h», por ser más fiel a la etimología y estar vinculado al registro cuidado del lenguaje.
Por ejemplo: en documentos oficiales o académicos conviene escribir: «Hale usted de este extremo de la cuerda». En cambio, en un diálogo informal: «¡Jala con fuerza la tijera, por favor!».
- «Halaron todos con fuerza para izar el ancla del barco».
- «No hales tanto humo de ese cigarro, que puede ser muy nocivo».
(Aquí, «halar» refuerza una expresión más cuidada del español).
- «Jala la puerta; no se queda cerrada».
- «Dejen de jalar del cable o se va a romper».
Estas frases son habituales en el habla cotidiana en Hispanoamérica y se consideran correctas dentro de su contexto.
En ninguno de estos casos se usa «halar» halar, que queda restringido a su acepción principal.
- En México: «Jaló todo el filete», como «comer con apetito».
- En Cuba o Honduras: «Ella jaló mucho humo en la fiesta».
La Real Academia Española, junto con las Academias de América y el Diccionario panhispánico de dudas, se erige como la principal autoridad normativa del español. Cuando aclara que ambas formas son válidas y especifica qué variantes caen dentro del uso culto, cuál predominan en el habla cotidiana y en qué regiones, provee una guía esencial para escritores, docentes, lingüistas y hablantes interesados en un uso riguroso del idioma.
Así la decisión entre una u otra no implica error, sino una elección consciente de registro y estilo. La RAE, por su parte, sigue siendo el referente normativo que clarifica estas cuestiones, adaptándose a la evolución y diversidad del español en todos sus hablantes.
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