El rapero argentino Trueno enloquece con sus rimas barriales a 15.000 personas en Madrid

El hecho de que diluviara en Madrid cuando Trueno apareció en el escenario tiene su trascendencia. No solo porque el nombre artístico de Mateo Palacios Corazzina evoque el estruendo propio de un aguacero, sino porque la lluvia es la excusa con la cual este artista argentino de 22 años se permite ser más auténtico. Así lo canta en tres de sus canciones ―tituladas Rain I,Rain II yRain III―, una trilogía introspectiva con la que le habla al “mismo guacho [muchacho]” que rapeabaen los parques del barrio bonaerense de La Boca, mucho antes de que Trueno llenara con 15.000 personas el Movistar Arena, como hizo anoche. “Todos conocen a Trueno. Mateo solo quiere que lo quieras”, confesó el artista en Rain III, la cuarta canción de un repertorio destinado a calentar ―con un baile tras otro― a un público que venía congelado tras esperar su ingreso al recinto bajo el frío de la noche madrileña.

Al comienzo del espectáculo, Trueno expresó su gratitud a los asistentes. “La primera vez que vinimos a España éramos 300 personas, mirá todos los que somos hoy”, dijo antes de interpretar Night, uno de los éxitos de su tercer álbum de estudio, El último baile (2024). “Nunca pasa nada hasta que pasa”, dice la canción. Así lo demostró cuando agotó en menos de un mes las entradas del antiguo WiZink Center, el mismo lugar donde en 2019 fue eliminado de la competición de freestyle más importante del mundo: la Final Internacional de la Red Bull Batalla de los Gallos, donde llegó después de haber ganado en la Final Nacional de Argentina. Tenía 17 años cuando fue derrotado en cuartos de final por el mexicano Aczino (se lee asesino). Seis años después, Madrid le daba la revancha.

Por algo más de una hora y media, con la ayuda de cinco músicos, Trueno recorrió 27 temas. A lo largo del concierto sonaron BZRP Freestyle Sessions #6―que lo catapultó a la fama junto a Bizarrap―, Feel Me?? ―de su segundo álbum, Bien o Mal (2022)― y Panamá―que canta con Duki, el rapero argentino que llenó el Santiago Bernabéu en junio de 2024―. También interpretó F*ck the Police, himno que cantó un día después de que la represión policial disolviera con violencia una marcha en favor de los jubilados y en contra de Javier Milei en Buenos Aires. “No nos paran ni con agua, ni con fuego, ni con plomo”, cantó el artista mientras proyectaba en las pantallas imágenes de policías disparando.

Especial mención tuvo Real Gangsta Love ―el último sencillo de su tercer álbum de estudio―, que obtuvo tres discos de platino en España. “Ustedes saben lo que hicieron con una canción de este disco”, le dijo al público mientras exhibía la certificación sobre el escenario. El rapero cantaba el tema vestido con unas bermudas negras y una sudadera que lucía el mapa de América Latina en la espalda. Este orgullo de Trueno se hizo presente al interpretar dos éxitos de su segundo álbum: Argentina, en la que samplea al folklorista argentino Atahualpa Yupanqui mientras asegura que las Islas Malvinas le “cantan tango” ―”siempre fueron y son nuestras”, dice la pieza― y Tierra Zanta, en la que asegura junto al cantautor Víctor Heredia: “Y si los de afuera preguntan cómo me llamo, mi nombre es latino y mi apellido americano”.

Afuera del pabellón la lluvia esperaba pacientemente a que los fanáticos terminaran de disfrutar la última canción del recital. Con Dance Crip, Trueno pidió a las 15.000 personas que fueron a darle la revancha “romper el Movistar Arena al medio”. Tanto jóvenes como mayores, tanto latinoamericanos como españoles, cumplieron con la petición del artista y saltaron de forma tal que hicieron estremecer hasta los cimientos. “Me gusta porque es una persona de barrio”, aseguraba Sara Vera, colombiana de 26 años. Arantxa Granado, madrileña de 14 años, le daba la razón. Al final, el diluvio cumplió con su cometido: que al escenario subiera Mateo Palacios Corazzina, y no solamente Trueno. “Acá somos guachos de calle, no te nos confundas”, recuerda con acierto en el BZRP Freestyle Sessions #6.