Maestros del arte en Madrid

La Semana del Arte incendia Madrid. Es ARCO, claro, pero es muchísimo más que ARCO. Cientos de actividades, exposiciones, encuentros, ferias alternativas, galerías y eventos desbordan la capital esta próxima semana. Entre todo ello -imposible un recuento minucioso de la concentración explosiva y vibrante de arte, creación y diseño – hay una oferta llamativa que propone un marco más pausado en el frenesí de estos días.

El galerista catalán Jordi Pascual se une a esta Semana del Arte y celebra su 25 aniversario con una exposición que reúne más de medio centenar de obras sobresalientes del arte moderno y contemporáneo. En la muestra se puede disfrutar de Picasso –Homme nu assis– y de Miró –Le Lezard aux plumes d’or-, de Manolo Valdés –Matisse como pretexto-, Miquel Barceló –Tots els dibuixos de 1985– y Antoni Tàpies –Cabeza-Pirámide-. Pero también está el Disc rouge de Alexander Calder, T1962-H4 de Hans Hartung y Sixton de Victor Vasarely.

Manolo Valdés. Matisse como pretexto, 1987. Técnica mixta sobre arpillera.

«El mercado del arte está bien en España. Es un buen momento, es un mercado con más alegría que el de Francia y los de otros países europeos en los que hay un mercado más plano», dice Jordi Pascual, que pasa la mitad de su tiempo en Madrid y la otra mitad en Barcelona, aunque vende mucho más en la capital, donde la actividad relacionada con el arte se ha multiplicado.

En la escena global, todos los mercados están muy lejos de la dimensión y el peso del número uno, el norteamericano. Absorbe casi la mitad del movimiento inversor y de adquisiciones de todo el mundo con una diferencia abismal sobre los otros, aunque el mercado de China ha experimentado un espectacular salto adelante, señala Jordi Pascual a los periodistas con los que se reúne en vísperas de la apertura de la exposición. Su galería está centrada en valores consagrados, como los ya mencionados; valores seguros. Sus clientes son mitad españoles y mitad extranjeros. No es un galerista que explore descubrimientos, pero sí detecta tendencias en las fluctuaciones del mercado. Dos interesantes: la progresiva identificación y el reconocimiento de mujeres importantes en la historia de las artes plásticas que habían estado opacadas y la evaporación del boom del arte digital que tanto dinero -y expectación- movió recientemente. «El arte digital se ha ido al garete».

Todo lo contrario de lo que ocurre con la concentración de obras de enorme calidad de esta exposición -abierta del 4 al 9 de marzo en la Fundación Manuel Benedito, en pleno barrio de Salamanca. Una muestra que refleja fielmente el interés de Jordi Pascual por la obra de maestros de la posguerra en Europa y América y de pintura contemporánea, su interés en las vanguardias, y que por eso es tan recomendable. Sencillamente, porque todo lo que se exhibe podría estar en los mejores museos del mundo. Disfrútenlo.

 La Semana del Arte incendia Madrid. Es ARCO, claro, pero es muchísimo más que ARCO. Cientos de actividades, exposiciones, encuentros, ferias alternativas, galerías y eventos desbordan  

La Semana del Arte incendia Madrid. Es ARCO, claro, pero es muchísimo más que ARCO. Cientos de actividades, exposiciones, encuentros, ferias alternativas, galerías y eventos desbordan la capital esta próxima semana. Entre todo ello -imposible un recuento minucioso de la concentración explosiva y vibrante de arte, creación y diseño – hay una oferta llamativa que propone un marco más pausado en el frenesí de estos días.

El galerista catalán Jordi Pascual se une a esta Semana del Arte y celebra su 25 aniversario con una exposición que reúne más de medio centenar de obras sobresalientes del arte moderno y contemporáneo. En la muestra se puede disfrutar de Picasso –Homme nu assis– y de Miró –Le Lezard aux plumes d’or-, de Manolo Valdés –Matisse como pretexto-, Miquel Barceló –Tots els dibuixos de 1985– y Antoni Tàpies –Cabeza-Pirámide-. Pero también está el Disc rouge de Alexander Calder, T1962-H4 de Hans Hartung y Sixton de Victor Vasarely.

Manolo Valdés. Matisse como pretexto, 1987. Técnica mixta sobre arpillera.

«El mercado del arte está bien en España. Es un buen momento, es un mercado con más alegría que el de Francia y los de otros países europeos en los que hay un mercado más plano», dice Jordi Pascual, que pasa la mitad de su tiempo en Madrid y la otra mitad en Barcelona, aunque vende mucho más en la capital, donde la actividad relacionada con el arte se ha multiplicado.

En la escena global, todos los mercados están muy lejos de la dimensión y el peso del número uno, el norteamericano. Absorbe casi la mitad del movimiento inversor y de adquisiciones de todo el mundo con una diferencia abismal sobre los otros, aunque el mercado de China ha experimentado un espectacular salto adelante, señala Jordi Pascual a los periodistas con los que se reúne en vísperas de la apertura de la exposición. Su galería está centrada en valores consagrados, como los ya mencionados; valores seguros. Sus clientes son mitad españoles y mitad extranjeros. No es un galerista que explore descubrimientos, pero sí detecta tendencias en las fluctuaciones del mercado. Dos interesantes: la progresiva identificación y el reconocimiento de mujeres importantes en la historia de las artes plásticas que habían estado opacadas y la evaporación del boom del arte digital que tanto dinero -y expectación- movió recientemente. «El arte digital se ha ido al garete».

Todo lo contrario de lo que ocurre con la concentración de obras de enorme calidad de esta exposición -abierta del 4 al 9 de marzo en la Fundación Manuel Benedito, en pleno barrio de Salamanca. Una muestra que refleja fielmente el interés de Jordi Pascual por la obra de maestros de la posguerra en Europa y América y de pintura contemporánea, su interés en las vanguardias, y que por eso es tan recomendable. Sencillamente, porque todo lo que se exhibe podría estar en los mejores museos del mundo. Disfrútenlo.

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