Lorenzo Caprile: «Me gusta mucho cómo viste Carmen Calvo»

Lorenzo Caprile (Madrid, 1967) no necesita presentación, pero esta conversación para El rincón de Espe nos revela su figura desde ángulos insólitos: el niño que cogía el autobús 82 hasta una academia de corte en la calle Gaztambide, el hermano menor que ordenó su archivo tras dos pérdidas devastadoras, el figurinista que aún hoy recorta corchos para sus casas de muñecas. Entre recuerdos familiares, confesiones sobre su «Diógenes exquisito» y reflexiones sobre la industria, la televisión o el arte de vestirse bien –tanto en reinas como en influencers–, Caprile despliega una inteligencia serena y una mirada crítica, teñida de humor y estoicismo, que nos recuerda que, en la vida como en la costura, lo más difícil no es empezar, sino mantenerse.

ESPERANZA AGUIRRE.- Lorenzo. Lo primero, un millón de gracias por venir aquí al rincón de Espe. Y bueno, me gustaría mucho hablar de cosas de las que no hablas normalmente, por ejemplo de tu familia, de cómo tu abuelo montó una gran empresa aquí, de fabricación de de baterías.

LORENZO CAPRILE.- De baterías, de magnetos.

EA.- Pero lo vendió en el año 70, o por…

LC.- Fue al poco de morir Franco, en el 76-77.

EA.- Fíjate lo que hubiera valido eso ahora, con lo de las baterías. Serías «multimillonetis».

LC.- Bueno, pues no.

EA.- Bueno, pero las españolas estamos más contentas contigo en el estudio de ahí al lado, que tienes esa maravilla de sitio.

LC.- Muchas gracias, Esperanza.

EA.- Y recomiendo a todo el mundo que mire la página de Instagram, porque es impresionante los trajes que has hecho. Bueno, aquí tengo, aquí tengo varios porque veo que además de a la reina, que este traje fue famosísimo.

LC.- El famoso traje rojo.

EA.- Bueno, pues ahora haces a las influencers. Mira que traje rojo la has hecho a esta.

LC.- Esa es Marta Lozano, y esta es Marta Díaz, para el festival de Cannes los dos.

EA.- Para el Festival de Cannes. Figúrate. Bueno, y luego el de la boda de la infanta Cristina. Bueno, yo recomiendo a todo el mundo que mire en Instagram la página web. Pero bueno, yo también quería hablar, pues eso, de cómo tú, que empezaste, me parece que he leído, con 14 años.

LC.- Mis primeras prácticas fueron… El golpe de Estado fue en el 81, ¿verdad? Sí, pues sí, en el año 82. En septiembre del 82, que acababa de cumplir 14, 14 años recién cumplidos.

«El dibujo está muy sobrevalorado; es la peor manera de acercarse a esta industria»

EA.- Ya te entró la afición. Porque esto, ¿quien te trajo la afición de esta…?

LC.- Pues fue una cosa muy… Fue evolucionando, ¿no? No tengo así ninguna anécdota de estas tipo San Pablo, que me caigo del caballo y de repente… No, me gustaba mucho dibujar, que desde aquí, es la peor manera de acercarse a esta industria.

EA.- ¿Ah, sí?

LC.- El dibujo, porque está…

EA.- Pero tú estuviste luego en Nueva York, ¿no?

LC.- Está muy sobrevalorado el dibujo. Y a partir de ahí ya pues me fue gustando más el tema de la ropa. Ahí yo creo que influyó mucho, pues el origen italiano de mi familia, el tener siempre figuras femeninas muy fuertes en mi familia: mi madre, mis abuelas… Y a partir de ahí ya le fui cogiendo el gustirrinín, y a los 14 empecé mis primeras prácticas en la industria textil. Empecé haciendo prácticas en la industria textil.

EA.- Sí, sí, lo he visto. En Cadena, ¿no?

LC.- No, antes de Cadena, Cadena vino un poco después, ya con 18. Antes, en un gran grupo que ya desgraciadamente no existe, que era el grupo Ratti, que era uno de los grandes gigantes de la seda natural en Como, cuando Como era la capital de la seda natural mundial. Ahora ya eso ha desaparecido.

EA.- Para mí, Como es mi madre tocando el piano Il Lago di Como, que es una de las piezas que a mí más románticas me parecen.

LC.- Hombre, muy romántico, porque ahora asociamos al lago de cómo a estos grandes actores que se han comprado ahí las villas y ahora ya es un parque temático.

EA.- ¿Pero por qué se lo han comprado? ¡Por el piano!

LC.- Porque es muy bonito. Pero cuando yo empecé allí, hace casi ya 50 años.

EA.- O sea, ahí había una casa de seda.

LC.- Muchas, muchísimas. Ratti era uno de los grandes grupos, pero estaba también el grupo Mantero, los Clerici, los Taroni…

Foto: Carmen Suárez

EA.- Porque tus dos abuelas se quedaron en Italia.

LC.- Mis dos… No. Mis abuelos paternos ya vivían aquí, que fueron los que fundaron. Pero mi abuela materna, que tiene una vida de novela porque…

EA.- ¿Vive?

LC.- No. Mi abuela materna falleció, porque esa parte de mi familia hizo el dinero en Libia, cuando Libia era italiana y conoció a Gadafi… En fin, es todo como de Best Seller, como de novela. Y mi abuela materna, pues estaba entre Italia y Madrid, cuando venía a vernos.

EA.- Sí, sí.

LC.- Es la historia de mi familia es un capítulo aparte.

EA.- Es apasionante.

LC.- Porque es un repaso un poco de toda la historia del siglo 20 en Italia y en España. Y es una historia muy curiosa.

EA.- Yo he conocido en la casa de tus padres, la de Puerta de Hierro, la que era de tus padres se la vendieron a un amigo mío. Y la he conocido de pura casualidad.

LC.- Lo sé, que habéis ido a cenar ahí.

EA.- Es una maravilla.

LC.- Esa se vendió hace diez años, en el 2014. Gracias a Dios, porque ya mi madre era muy mayor, y tú sabes que esas casas en gastos son un pozo sin fondo, y gracias a Dios que nos la compraron tus amigos.

EA.- Qué bien que tu madre, viva y esté bien de la cabeza con sus 92.

LC.- Sí, está muy bien de la cabeza. Está un poquito torpe.

EA.- Bueno oye, algo tendrá que tener.

LC.- Pero su carácter italiano lo sigue conservando.

EA.- ¿Cómo es el carácter italiano para ti?

LC.- Pues ella es el tópico de la mamma italiana, muy controladora, muy preocupada por sus hijos. Siempre hay alguno de nosotros que le preocupa. Siempre.

EA.- ¿Cuántos sois?

LC.- Siete. Pero lamentablemente han fallecido dos.

EA.- Qué triste. Ella lo ha tenido que pasar muy mal. Y vosotros también.

LC.- Nosotros también. Yo sobre todo. Por supuesto, mi hermano Emilio, por supuesto. Lo que pasa que, bueno, falleció de un tumor cerebral, y como que tienes más tiempo para prepararte. Pero lo de mi hermana Paola, que fue de un día para otro…

«Gracias a mi hermana Paola conseguí poner orden en ese ‘Diógenes exquisito’ que arrastraba desde hacía años»

EA.- Pero Paula además era como tu… vamos, tu pareja.

LC.- Me llevaba muy bien. Me llevaba muy bien con ella, nos parecíamos mucho de carácter. Y bueno, pues gracias a ella…

EA.- Lo iba a decir. Cuéntalo, gracias a ella…

LC.- Gracias a ella conseguí poner un poco de orden en ese «Diógenes exquisito» que yo iba acarreando después de tantos años en una nave en Algete. Y gracias a ella, un verano, en el verano del 22, hace tres años, pues me armé de valor, nos metimos a ordenarlo, a clasificarlo, a ver un poco qué es lo que había ahí.

EA.- Lo ha comprado el Ministerio de Cultura para el Museo del Traje, todo el archivo y todos los trajes que tenías ahí, que no muchos son tuyos, son de grandes modistos.

LC.- No, la mayoría de lo que se ha quedado el museo del traje mío hay poquísimo, porque yo no… Soy muy de acumular y de conservar, pero en mis cosas no, en eso soy muy desprendido. No, era sobre todo una gran colección de los grandes nombres de la alta costura española. Hablamos de los 50, de los 60 y luego, bueno, pues las marcas mías fetiches de cuando yo empecé, pues Valentino, Ungaro, Montana, Thierry Mugler, Yves Saint Laurent, Oscar de la Renta, en fin… Y todo eso con todo mi archivo y toda la biblioteca, que era inmensa.

EA.- Es que hay que decir que Lorenzo es un gran lector, un grandísimo lector.

LC.- Bueno, acabo de robar libros.

EA.- En THE OBJECTIVE ha robado tres libros, y ahora te voy a robar yo para ti…

LC.- Ahora, cada vez que voy a una redacción, ya sea en la radio, en la tele, en algún periódico, siempre paso, porque como os envían un montón para que hagáis las defensiones. Y siempre me voy a casa con tres, cuatro o cinco. O sea que THE OBJECTIVE no iba a ser menos. Sí, me gustan mucho.

EA.- Estamos muy agradecidos de tu robo.

LC.- Me gusta mucho leer. Y creo que ahora, en este mundo de las maquinitas, que son muy tóxicas, muy tóxicas, hay que controlarlas.

EA.- Yo cuando de repente veo que he tardado cinco horas en el móvil, me asusto muchísimo.

LC.- Sí, porque se te va el tiempo. Hombre, están diseñadas para eso, para engancharte y crearte esa sensación siempre es que te estás perdiendo algo aún más importante. «A ver qué hay, que seguro que…» Y entonces, esa insatisfacción, que te obliga a seguir mirando, a seguir dando clicks, que es con lo que ganan dinero al final. Claro, porque no sé de quién es la frase, pero cuando algo es gratis, el precio eres tú.

EA.- Ah, mira, pues la frase esa es genial.

LC.- Es muy buena. Cuando algo es gratis, el precio eres tú. Pero hay que tener mucho cuidado, porque en esta vida, y tú lo sabes mejor que yo, Esperanza, no hay nada gratis. Nada.

EA.- «There is no free lunch», que dicen que el ingleses. Claro que no, claro que no. Oye, y volviendo a cuando decides en ese verano acabar con el ‘diogenismo’, llamémosle.

LC.- Bueno, ahora lo sustituido por otro, luego hablaremos de eso.

Foto: Víctor Ubiña

EA.- Que te pasaste no sé cuánto tiempo ahí, en Algete. Y es que me ha hecho mucha gracia, que me has contado cómo se llamaba el polígono.

LC.- Claro, porque luego nos preguntaban: «¿Dónde habéis pasado las vacaciones?» Y nosotros decíamos: «Pues en Río de Janeiro», porque el polígono donde estaba la nave se llama Polígono Río de Janeiro, con lo cual no estábamos engañando a nadie. Pasamos las vacaciones en Río de Janeiro. Claro, no especificamos cuál de ellos. Pero vamos, fue un verano muy divertido. Además, con la satisfacción de que la mayoría, por no decir todos, mis mejores amigos, pasaron por ahí a echar una mano y a llevarse lo que quisieran. Y tengo un recuerdo muy bonito de ese verano. Luego, un año después, por trabajo, porque estrenaba una ópera en la que hacía yo el vestuario, me tocó ir a Bogotá, a Colombia, e invité a mi hermana un poco como premio, que fue el último gran viaje que hice con ella. Y fueron dos momentos que los guardo aquí, porque fueron dos momentos de vida preciosos que al final son los que valen.

EA.- Efectivamente.

LC.- Acumular objetos y tal… Esos no te los vas a llevar al otro lado, te vas a llevar lo que tienes aquí.

EA.- Exacto, exacto. Y tu hermana tenía que ser una persona tremendamente…

LC.- Especial.

EA.- Especial y extraordinaria, con la que tú compartías mucho.

LC.- Sí, muy especial también. Pues como yo, con sus arranques. Que está muy de moda ese término ahora, pero bueno, un poquito bipolar, porque tan pronto estaba entusiasmada con todo, tan pronto estaba tristísima. Y nos llamábamos, nos consolábamos. En fin, tenía mucha, mucha relación con ella. Pero bueno, ley de vida. Yo sé que esté donde esté nos está protegiendo a todos, y además ha dejado pues tres hijos, muchos nietos. O sea que su legado sigue.

EA.- Sí, he leído por ahí que tienes sobrinos nietos.

LC.- Tengo muchísimos, tengo casi veinte.

EA.- ¡Pero si eres jovencísimo!

LC.- Tengo casi 20, porque mi madre se casó muy joven, y algunas de mis sobrinas también se casaron muy jovencitas. Y bueno, yo como soy el pequeño, estas grandes familias sabes que hay un… Yo me llevo con mi hermana mayor prácticamente los mismos años que me llevo con mi sobrina mayor. O sea que estoy un poco ahí, y de hecho en muchas cosas mis sobrinas mayores me dan mil vueltas, son mucho más maduras y mucho más con la cabeza así.

EA.- Mira, Lorenzo. Es que una de tus virtudes…

LC.- No, pero hay muchas cosas de ahora…

EA.- Que no eres pretencioso.

LC.- Pero yo ahora del siglo 21, que no me apaño, entonces bueno. De hecho una de mis sobrinas mayores es la que me lleva las redes sociales, eso que has visto de la página web, y todo. Todo eso lo lleva ella, porque yo…

EA.- Es una maravilla. La página web en Instagram hay que verla.

LC.- No tengo ningún interés, ni de aprender, ni… Vamos, me suena todo eso a japonés.

EA.- Pues eso te da tiempo para los diseños maravillosos que haces.

LC.- Me da tiempo para leer.

EA.- Desde la Familia Real hasta las influencers.

LC.- Y luego mi carrera como figurinista, que va a cumplir 20 años, que también me ha dado muchísimas satisfacciones. De hecho, el último trabajo…

EA.- ¿Qué es ser figurinista? Para que lo entiendan.

LC.- Hacer vestuario, sobre todo en mi caso, para teatro.

EA.- Ah, bueno, sí, en la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

LC.- Ahí trabajé…

EA.- ¿Y cómo diseñas trajes que tienen que ser como del siglo 17?

LC.- Bueno, pues hablando mucho con los actores y siguiendo mucho las pautas del director, que en este caso es Eduardo Vasco, que prácticamente desde que nos conocimos en hace 20 años, pues he continuado colaborando con él y nuestro último trabajo ha sido un gran éxito, Luces de Bohemia en el Teatro Español. Que vamos, ha sido tal el éxito, vuelvo a repetirlo, que se reprograma para el año que viene.

EA.- Qué maravilla.

LC.- Lo vuelve a reestrenar en enero del 2026.

EA.- Bueno Lorenzo, ¿podemos cambiar de tema un momentito?

LC.- Claro.

EA.- Primero vamos a hablar de Maestros de la Costura.

LC.- Pues Maestros de la Costura ha sido, bueno, está siendo, porque estamos en antena, ya es la 8.ª temporada, esta temporada con personajes así populares, famosos. El celebrity, como lo llaman en televisión. Y ha sido una experiencia, o está siendo una experiencia maravillosa. Que ojo, yo al principio lo cogí un poco así. No, no las tenía yo todas conmigo, poque la televisión…

«El patrimonio más impresionante que hay en España está en el traje tradicional»

EA.- Pero ha salido muy bien.

LC.- Es un medio que me da mucho respeto y, francamente, pues ha salido muy bien. La oportunidad de trabajar con tres compañeros maravillosos: Raquel Sánchez Silva, María Escoté, Palomo Spain. Y luego, bueno, pues gracias al programa conocer a un montón de compañeros de profesión, de visitar sitios que de otra manera no hubiera conocido jamás.

EA.- ¿Con qué programa te quedarías? ¿Qué es lo que más te te llenó de todo lo que has hecho?

LC Sobre todo cuando vamos a pruebas en lo que llaman pruebas de exteriores, las que hemos dedicado al traje tradicional, que hemos hecho tres pruebas en la Gartera, en la Alberca, en Salamanca y ahora que no sé si lo puedo decir, pero bueno, lo digo. En Toro, en Zamora. Y ahí te das cuenta del patrimonio más impresionante que hay en España, en traje tradicional, en esas artesanías que cada vez cuesta más que…

EA.- Traje charro, por ejemplo, de Salamanca ¿no?

LC.- No lo hemos hecho aún, pero vamos, La Alberca está muy cerquita. Y con todos esos bordados, con todas esas simbologías ancestrales en la cartera, todo ese colorido, todas esas influencias de aquí y de allá. Esas tres pruebas, aparte que claro, pues llegas a esos pueblos, te reciben, imagínate, vamos como bienvenido Mister Marshall.

Foto: Carmen Suárez

EA.- Bueno, es que es Bienvenido, Mister Marshall.

LC.- Te dan de comer, que engordas siete kilos, te vuelves a casa con 3000 regalos… Esas han sido tres experiencias, tres viajes muy…

EA.- Y hablando de los kilos, porque nos estará viendo a lo mejor gente que piensa que su caso no tiene remedio, tú adelgazaste 40 kilos.

LC.- Un poquito más. Y mira, voy a decir una cosa.

EA.- Cuenta cómo.

LC.- Voy a decir una cosa. A ver. No sé si se puede hacer aquí publicidad.

EA.- Claro que se puede.

LC.- Yo adelgacé con el método Pronokal, que es un método muy efectivo, sobre todo para los hombres. Las mujeres, ahí no me quiero meter, que luego no llaman de todo. En los hombres funciona muy bien. Es muy aburrido, porque se trata de alimentarte con cinco o seis batidos al día y acabas… No voy a decir la palabrota, porque es muy aburrido. Se reduce mucho la vida social. No vas a ir a cenar a casa de alguien con los batidos.

EA.- Llevarte los batidos, ja ja.

LC.- Pero a mí me ha resultado muy efectivo. Y debo decir que, bueno, me lo tomé como una aventura, como una experiencia. Te vas como retando a ti mismo.

EA.- Bueno, pero también lo hiciste por salud.

LC.- Hombre, claro que lo hice por salud. Con estricto control médico…

EA.- Y ahora tienes que dejar de fumar, ¿eh?.

LC.- Lo que luego cuesta, Esperanza, es mantenerse, que yo creo que esa es la clave en todas las facetas de la vida. El mantener algo es lo más complicado. Mantener tu salud, mantener una relación, mantener una amistad, mantener un trabajo, mantener una coherencia de vida. El mantenerse es lo que lo que creo que es más difícil. Sin perder de vista que no es cuestión de mantenerse a cualquier precio, ojo, que tampoco vamos a interpretar eso así.

EA.- Los que nos están viendo tienen que comprender que eres un sabio.

LC.- No.

EA.- No solo eres…

LC.- Para nada, no soy ningún sabio, lo que pasa es que también eso te lo da la edad, que aprendes a relativizar mucho las cosas, a ser más estoico, a preocuparte de lo que realmente puedes hacer algo por cambiar o tal. El otro día en una entrevista, que opinara de política interna, y yo para qué voy a opinar si es que mi opinión es que no vale de nada.

EA.- Pero podrías opinar a lo mejor de quién es la política española que mejor viste.

LC.- Uy, qué preguntan. Mira ahí cuando me hacen esta pregunta, la tengo ya preparada. Te voy a hablar para así a ver en los dos sentidos. Te hablo de político y de política. Un político que a mí me parece que va siempre impecable, que tú conoces muy bien, es un señor, es Iñaki Oyarzábal, va siempre magníficamente bien vestido.

EA.- No me había fijado, pero ahora me voy a fijar.

LC.- Además en su juventud tuvo tiendas de ropa en Vitoria.

EA.- ¿Ah sí, en Vitoria?

LC.- Y sabe. Sabe. Prenda buena. Una chaqueta bien cortada. Y luego en mujeres, y me voy al otro lado, me gusta mucho cómo viste Carmen Calvo. Me gusta mucho. Creo que es muy adecuada. Además, siempre. Por su edad y… Bien. Porque luego hay un poco de todo. Luego ahí sí que veo ahora que está tan de moda todo, todos estos temas y tal, ahí sí que veo un poco un, no sé cómo decirlo, una discriminación positiva, en el sentido que los hombres, pues tienen su uniforme y pasan más desapercibidos, y nadie…

EA.- Y por la mañana no tienen que pensar más que en qué corbata llevar, o si se ponen corbata.

LC.- Pues estos eventos a los que solía ir. Pues yo qué sé, el 12 de octubre o la Pascua militar o yo qué sé. Y los hombres van y nadie pregunta quién ha sido su sastre o quién ha sido su marca, o si la corbata va combinada mejor o peor. Y en cambio en vosotras es que no perdonan ni una, ni una, ni una. Que si va de fulano, que si va de mengano, que si va de amarillo, que si va de rojo, que si va de azul, que si el traje es bonito, que si es feo, que si lo hacen esto, lo de lo otro. Y yo creo que en eso, en ese sentido, pues creo que es más que llamativo.

EA.- Porque somos más creativas. Yo lo miro en positivo.

LC.- Vale, vale.

EA.- ¿No? Porque si se pone un hombre una… Yo me acuerdo, Había un liberal muy liberal que se ponían unas chaquetas de vacas, y bueno, llama la atención, pero no es creativo.

LC.- Vale. Vamos a dejarlo ahí.

EA.- Vamos a dejarlo ahí. Pues nada, yo, lo que creo que más admira la gente de ti es que siendo italiano, siendo la moda italiana como es, hayas decidido quedarte aquí y ser el referente…

LC.- A ver, yo sí trabajé y me formé en Italia porque parte de mis estudios los hice en Florencia. Empecé en Nueva York y luego ya terminé en Florencia. Aunque también debo decir que el ABC, lo primerísimo, fue una academia de corte y confección de estas de barrio.

EA.- ¿Ah, sí?

LC.- Que había muchísimas cuando yo era jovencito. Ahora, desgraciadamente no.

EA.- Ya no hay, ¿verdad?

LC.- Muy poquitas. La Academia de Conchita Lucas, que en paz descanse, que desarrolló un método de patronaje muy, muy sencillo que fue con el que yo aprendí. Y bueno, pues esos fueron mis primeros rudimentos. Y desde aquí un recuerdo a Conchita.

EA.- ¿Dónde estaba esa academia?

LC.- Estaba en la calle Gaztambide. Me acuerdo que cogía al autobusito, el 82, e iba allí los sábados por la mañana. Ahí hice mis primeros pinitos. Pero ya te digo, esto lo he enlazado con lo de la formación, que yo estuve en Italia, primero acabando los estudios y luego ya me quedé ahí a trabajar. Pero bueno, al final pues regresas a tu sitio, ¿no? Yo he nacido en Madrid, me he criado en Madrid, mi familia estaba aquí, mis amigos estaban aquí, y de hecho empecé en todo esto porque una amiga de la pandilla, Carla Royo-Villanova, pues decidió confiar en mí para su traje de novia allá por el año 93, y desde aquí todo mi agradecimiento.

EA.- A Carla, que es estupenda, y guapísima además.

LC.- Que oye, ese experimento podía haber salido fatal.

EA.- Le salió bien.

LC.- Y haberle arruinado la boda a ella y yo haberme quedado yo qué sé dónde. Y bueno, pues salió fenomenal y en parte.

EA.- Y a partir de ahí, todas estas. Pero a mí lo que me impresiona es eso, que de las bodas, de las grandes bodas que salen en el Hola hemos pasado a las influencers.

LC.- A ver, no busco yo, no, yo no en ese sentido. Y vuelvo a eso cuando hablábamos de mis sobrinas, que todo este mundo, de las influencers, del de los Instagram de también te coge muy lejos y son fenómenos que no termino de comprender. Pero bueno, oye y pues están ahí y yo no he ido buscando esas colaboraciones. Entonces si vienen al taller de una manera natural y te proponen un un proyecto atractivo y que puede salir bien y que es estimulante, como en el caso de estas dos fotos, de estas dos fotografías.

EA.- Estas son impresionantes.

LC.- Que era vestirlas para el Festival de Cannes.

EA.- Mira, y qué colores tan patrióticos.

LC.- ¡Hombre! Aquí sobre todo lo hicimos un poco a propósito. Porque jugando con la alfombra roja y el color amarillo del del vestido. Y ella además que es una belleza muy española, muy mediterránea, muy racial.

Foto: Víctor Ubiña

EA.- Muy morena, sí. ¿Y esta? Esta foto es magnífica.

LC.- Y esta foto es preciosa.

EA.- Es una preciosidad, porque además, como tiene todos los…

LC.- Marta, además es una mujer con una elegancia natural. Preciosa.

EA.- Y qué traje. ¡Qué traje!

LC.- Y el traje salió muy bien, para qué nos vamos a engañar.

EA.- Pues Lorenzo. Yo te estaré siempre agradecida por haber querido venir al Rincón de Espe, que es como se llama esto.

LC.- Que menudo rincón, eh, ya lo quisiera yo de casa.

EA.- Sí, sí, sí, sí.

LC.- Y ahora tengo otro Diógenes, más pequeñito, más manejable.

«Ahora me ha dado por las casas de muñecas; es una manera de cuidar al niño que todos llevamos dentro»

EA.- ¿Pero dónde estás ahora? Porque has estado en un hotel.

LC.- Ya he dejado de vivir en el hotel hace dos años y me he ido a un pisín en alquiler, justo enfrente.

EA.- Pero ahí no puedes hacer mucho Diógenes.

LC.- Hombre, es un mini Diógenes, porque ahora me ha dado por las casas de muñecas.

EA.- Ah, sí, sí. Cuenta eso, porque bueno, tu madre empezó con eso.

LC.- Yo creo que, fíjate, que ha sido a raíz de la muerte de mis dos hermanos. Yo creo que eso estaba latente ahí, y de repente pues ha brotado una manera pues como de devolver un poco a ese niño que todos tenemos y que no hay que abandonar nunca. Y era una afición un poco a su manera compartía con mi hermana Paola. De hecho, he heredado muchas de las cositas que ella tenía por casa. Y bueno.

EA.- ¿Y las casitas de muñecas te caben en tu piso? O es en casa de tu madre.

LC.- De momento sí. Es algo manejable.

EA.- Es que, para que entendáis, cuando hemos llegado aquí, ha visto en el suelo uno de esas cosas de perfumes que ponen en los coches, lo ha recogido para su casa de muñecas.

LC.- Claro, porque ahora yo lo tuneo, le pongo una tapita, lo relleno con algo y le pongo una tapita de corcho, que la pulo yo, que la tallo yo con corchos de estos que tiramos a la basura. Y eso pues lo pongo en una de las despensas que hay. Y bueno, está ahora tan de moda el reciclaje y todo eso, pues mis cajitas están llenas de cosas de todos los días que tiramos tal y que yo las manipulo y las tal. Pues se vuelven un mueblecito, una sillita, una estantería, un algo. Y pues nada, mira, otra cosa que también está muy de moda, el mindfulness este, ¿no? Lo de…

EA.- ¡Mindfulness!

LC.- Eso. Pues cuando estás ahí con tus cositas y tal, mira. Estás con la atención en eso, concentrado, disfrutando.

EA.- Pero yo he leído que tu mindfulness es rezar.

LC.- Y rezar.

EA.- También la mía.

LC.- Ir a misa. Mira, igual de una herejía, pero te pones ahí, vas repitiendo los oficios. Pim pum, pim pam, bim bam. Tu único objetivo es eso, no perderte nada. Que tu atención, si hay alguna cosa que te preocupa… Boom. Enseguida la vuelves a coger y no, tienes que estar prestando atención al oficio. Y bueno, pues en media hora. Pues es como una especie de…

EA.- Mindfulness.

LC.- Pues eso.

EA.- La palabra lo que dice es que la mente la llenas.

LC.- Claro, pero que a veces las soluciones las tenemos delante nuestro y nos vamos por ahí, cuando lo tenemos ahí delante.

EA.- Exacto.

LC.- Pero bueno, eso es algo del ser humano.

EA.- Pues este ser maravilloso es Lorenzo Caprile.

LC.- Muchísimas gracias a ti, Esperanza.

EA.- Muchas gracias, de verdad.

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 Lorenzo Caprile (Madrid, 1967) no necesita presentación, pero esta conversación para El rincón de Espe nos revela su figura desde ángulos insólitos: el niño que cogía  

Lorenzo Caprile (Madrid, 1967) no necesita presentación, pero esta conversación para El rincón de Espe nos revela su figura desde ángulos insólitos: el niño que cogía el autobús 82 hasta una academia de corte en la calle Gaztambide, el hermano menor que ordenó su archivo tras dos pérdidas devastadoras, el figurinista que aún hoy recorta corchos para sus casas de muñecas. Entre recuerdos familiares, confesiones sobre su «Diógenes exquisito» y reflexiones sobre la industria, la televisión o el arte de vestirse bien –tanto en reinas como en influencers–, Caprile despliega una inteligencia serena y una mirada crítica, teñida de humor y estoicismo, que nos recuerda que, en la vida como en la costura, lo más difícil no es empezar, sino mantenerse.

ESPERANZA AGUIRRE.- Lorenzo. Lo primero, un millón de gracias por venir aquí al rincón de Espe. Y bueno, me gustaría mucho hablar de cosas de las que no hablas normalmente, por ejemplo de tu familia, de cómo tu abuelo montó una gran empresa aquí, de fabricación de de baterías.

LORENZO CAPRILE.- De baterías, de magnetos.

EA.- Pero lo vendió en el año 70, o por…

LC.- Fue al poco de morir Franco, en el 76-77.

EA.- Fíjate lo que hubiera valido eso ahora, con lo de las baterías. Serías «multimillonetis».

LC.- Bueno, pues no.

EA.- Bueno, pero las españolas estamos más contentas contigo en el estudio de ahí al lado, que tienes esa maravilla de sitio.

LC.- Muchas gracias, Esperanza.

EA.- Y recomiendo a todo el mundo que mire la página de Instagram, porque es impresionante los trajes que has hecho. Bueno, aquí tengo, aquí tengo varios porque veo que además de a la reina, que este traje fue famosísimo.

LC.- El famoso traje rojo.

EA.- Bueno, pues ahora haces a las influencers. Mira que traje rojo la has hecho a esta.

LC.- Esa es Marta Lozano, y esta es Marta Díaz, para el festival de Cannes los dos.

EA.- Para el Festival de Cannes. Figúrate. Bueno, y luego el de la boda de la infanta Cristina. Bueno, yo recomiendo a todo el mundo que mire en Instagram la página web. Pero bueno, yo también quería hablar, pues eso, de cómo tú, que empezaste, me parece que he leído, con 14 años.

LC.- Mis primeras prácticas fueron… El golpe de Estado fue en el 81, ¿verdad? Sí, pues sí, en el año 82. En septiembre del 82, que acababa de cumplir 14, 14 años recién cumplidos.

«El dibujo está muy sobrevalorado; es la peor manera de acercarse a esta industria»

EA.- Ya te entró la afición. Porque esto, ¿quien te trajo la afición de esta…?

LC.- Pues fue una cosa muy… Fue evolucionando, ¿no? No tengo así ninguna anécdota de estas tipo San Pablo, que me caigo del caballo y de repente… No, me gustaba mucho dibujar, que desde aquí, es la peor manera de acercarse a esta industria.

EA.- ¿Ah, sí?

LC.- El dibujo, porque está…

EA.- Pero tú estuviste luego en Nueva York, ¿no?

LC.- Está muy sobrevalorado el dibujo. Y a partir de ahí ya pues me fue gustando más el tema de la ropa. Ahí yo creo que influyó mucho, pues el origen italiano de mi familia, el tener siempre figuras femeninas muy fuertes en mi familia: mi madre, mis abuelas… Y a partir de ahí ya le fui cogiendo el gustirrinín, y a los 14 empecé mis primeras prácticas en la industria textil. Empecé haciendo prácticas en la industria textil.

EA.- Sí, sí, lo he visto. En Cadena, ¿no?

LC.- No, antes de Cadena, Cadena vino un poco después, ya con 18. Antes, en un gran grupo que ya desgraciadamente no existe, que era el grupo Ratti, que era uno de los grandes gigantes de la seda natural en Como, cuando Como era la capital de la seda natural mundial. Ahora ya eso ha desaparecido.

EA.- Para mí, Como es mi madre tocando el piano Il Lago di Como, que es una de las piezas que a mí más románticas me parecen.

LC.- Hombre, muy romántico, porque ahora asociamos al lago de cómo a estos grandes actores que se han comprado ahí las villas y ahora ya es un parque temático.

EA.- ¿Pero por qué se lo han comprado? ¡Por el piano!

LC.- Porque es muy bonito. Pero cuando yo empecé allí, hace casi ya 50 años.

EA.- O sea, ahí había una casa de seda.

LC.- Muchas, muchísimas. Ratti era uno de los grandes grupos, pero estaba también el grupo Mantero, los Clerici, los Taroni…

Foto: Carmen Suárez

EA.- Porque tus dos abuelas se quedaron en Italia.

LC.- Mis dos… No. Mis abuelos paternos ya vivían aquí, que fueron los que fundaron. Pero mi abuela materna, que tiene una vida de novela porque…

EA.- ¿Vive?

LC.- No. Mi abuela materna falleció, porque esa parte de mi familia hizo el dinero en Libia, cuando Libia era italiana y conoció a Gadafi… En fin, es todo como de Best Seller, como de novela. Y mi abuela materna, pues estaba entre Italia y Madrid, cuando venía a vernos.

EA.- Sí, sí.

LC.- Es la historia de mi familia es un capítulo aparte.

EA.- Es apasionante.

LC.- Porque es un repaso un poco de toda la historia del siglo 20 en Italia y en España. Y es una historia muy curiosa.

EA.- Yo he conocido en la casa de tus padres, la de Puerta de Hierro, la que era de tus padres se la vendieron a un amigo mío. Y la he conocido de pura casualidad.

LC.- Lo sé, que habéis ido a cenar ahí.

EA.- Es una maravilla.

LC.- Esa se vendió hace diez años, en el 2014. Gracias a Dios, porque ya mi madre era muy mayor, y tú sabes que esas casas en gastos son un pozo sin fondo, y gracias a Dios que nos la compraron tus amigos.

EA.- Qué bien que tu madre, viva y esté bien de la cabeza con sus 92.

LC.- Sí, está muy bien de la cabeza. Está un poquito torpe.

EA.- Bueno oye, algo tendrá que tener.

LC.- Pero su carácter italiano lo sigue conservando.

EA.- ¿Cómo es el carácter italiano para ti?

LC.- Pues ella es el tópico de la mamma italiana, muy controladora, muy preocupada por sus hijos. Siempre hay alguno de nosotros que le preocupa. Siempre.

EA.- ¿Cuántos sois?

LC.- Siete. Pero lamentablemente han fallecido dos.

EA.- Qué triste. Ella lo ha tenido que pasar muy mal. Y vosotros también.

LC.- Nosotros también. Yo sobre todo. Por supuesto, mi hermano Emilio, por supuesto. Lo que pasa que, bueno, falleció de un tumor cerebral, y como que tienes más tiempo para prepararte. Pero lo de mi hermana Paola, que fue de un día para otro…

«Gracias a mi hermana Paola conseguí poner orden en ese ‘Diógenes exquisito’ que arrastraba desde hacía años»

EA.- Pero Paula además era como tu… vamos, tu pareja.

LC.- Me llevaba muy bien. Me llevaba muy bien con ella, nos parecíamos mucho de carácter. Y bueno, pues gracias a ella…

EA.- Lo iba a decir. Cuéntalo, gracias a ella…

LC.- Gracias a ella conseguí poner un poco de orden en ese «Diógenes exquisito» que yo iba acarreando después de tantos años en una nave en Algete. Y gracias a ella, un verano, en el verano del 22, hace tres años, pues me armé de valor, nos metimos a ordenarlo, a clasificarlo, a ver un poco qué es lo que había ahí.

EA.- Lo ha comprado el Ministerio de Cultura para el Museo del Traje, todo el archivo y todos los trajes que tenías ahí, que no muchos son tuyos, son de grandes modistos.

LC.- No, la mayoría de lo que se ha quedado el museo del traje mío hay poquísimo, porque yo no… Soy muy de acumular y de conservar, pero en mis cosas no, en eso soy muy desprendido. No, era sobre todo una gran colección de los grandes nombres de la alta costura española. Hablamos de los 50, de los 60 y luego, bueno, pues las marcas mías fetiches de cuando yo empecé, pues Valentino, Ungaro, Montana, Thierry Mugler, Yves Saint Laurent, Oscar de la Renta, en fin… Y todo eso con todo mi archivo y toda la biblioteca, que era inmensa.

EA.- Es que hay que decir que Lorenzo es un gran lector, un grandísimo lector.

LC.- Bueno, acabo de robar libros.

EA.- En THE OBJECTIVE ha robado tres libros, y ahora te voy a robar yo para ti…

LC.- Ahora, cada vez que voy a una redacción, ya sea en la radio, en la tele, en algún periódico, siempre paso, porque como os envían un montón para que hagáis las defensiones. Y siempre me voy a casa con tres, cuatro o cinco. O sea que THE OBJECTIVE no iba a ser menos. Sí, me gustan mucho.

EA.- Estamos muy agradecidos de tu robo.

LC.- Me gusta mucho leer. Y creo que ahora, en este mundo de las maquinitas, que son muy tóxicas, muy tóxicas, hay que controlarlas.

EA.- Yo cuando de repente veo que he tardado cinco horas en el móvil, me asusto muchísimo.

LC.- Sí, porque se te va el tiempo. Hombre, están diseñadas para eso, para engancharte y crearte esa sensación siempre es que te estás perdiendo algo aún más importante. «A ver qué hay, que seguro que…» Y entonces, esa insatisfacción, que te obliga a seguir mirando, a seguir dando clicks, que es con lo que ganan dinero al final. Claro, porque no sé de quién es la frase, pero cuando algo es gratis, el precio eres tú.

EA.- Ah, mira, pues la frase esa es genial.

LC.- Es muy buena. Cuando algo es gratis, el precio eres tú. Pero hay que tener mucho cuidado, porque en esta vida, y tú lo sabes mejor que yo, Esperanza, no hay nada gratis. Nada.

EA.- «There is no free lunch», que dicen que el ingleses. Claro que no, claro que no. Oye, y volviendo a cuando decides en ese verano acabar con el ‘diogenismo’, llamémosle.

LC.- Bueno, ahora lo sustituido por otro, luego hablaremos de eso.

Foto: Víctor Ubiña

EA.- Que te pasaste no sé cuánto tiempo ahí, en Algete. Y es que me ha hecho mucha gracia, que me has contado cómo se llamaba el polígono.

LC.- Claro, porque luego nos preguntaban: «¿Dónde habéis pasado las vacaciones?» Y nosotros decíamos: «Pues en Río de Janeiro», porque el polígono donde estaba la nave se llama Polígono Río de Janeiro, con lo cual no estábamos engañando a nadie. Pasamos las vacaciones en Río de Janeiro. Claro, no especificamos cuál de ellos. Pero vamos, fue un verano muy divertido. Además, con la satisfacción de que la mayoría, por no decir todos, mis mejores amigos, pasaron por ahí a echar una mano y a llevarse lo que quisieran. Y tengo un recuerdo muy bonito de ese verano. Luego, un año después, por trabajo, porque estrenaba una ópera en la que hacía yo el vestuario, me tocó ir a Bogotá, a Colombia, e invité a mi hermana un poco como premio, que fue el último gran viaje que hice con ella. Y fueron dos momentos que los guardo aquí, porque fueron dos momentos de vida preciosos que al final son los que valen.

EA.- Efectivamente.

LC.- Acumular objetos y tal… Esos no te los vas a llevar al otro lado, te vas a llevar lo que tienes aquí.

EA.- Exacto, exacto. Y tu hermana tenía que ser una persona tremendamente…

LC.- Especial.

EA.- Especial y extraordinaria, con la que tú compartías mucho.

LC.- Sí, muy especial también. Pues como yo, con sus arranques. Que está muy de moda ese término ahora, pero bueno, un poquito bipolar, porque tan pronto estaba entusiasmada con todo, tan pronto estaba tristísima. Y nos llamábamos, nos consolábamos. En fin, tenía mucha, mucha relación con ella. Pero bueno, ley de vida. Yo sé que esté donde esté nos está protegiendo a todos, y además ha dejado pues tres hijos, muchos nietos. O sea que su legado sigue.

EA.- Sí, he leído por ahí que tienes sobrinos nietos.

LC.- Tengo muchísimos, tengo casi veinte.

EA.- ¡Pero si eres jovencísimo!

LC.- Tengo casi 20, porque mi madre se casó muy joven, y algunas de mis sobrinas también se casaron muy jovencitas. Y bueno, yo como soy el pequeño, estas grandes familias sabes que hay un… Yo me llevo con mi hermana mayor prácticamente los mismos años que me llevo con mi sobrina mayor. O sea que estoy un poco ahí, y de hecho en muchas cosas mis sobrinas mayores me dan mil vueltas, son mucho más maduras y mucho más con la cabeza así.

EA.- Mira, Lorenzo. Es que una de tus virtudes…

LC.- No, pero hay muchas cosas de ahora…

EA.- Que no eres pretencioso.

LC.- Pero yo ahora del siglo 21, que no me apaño, entonces bueno. De hecho una de mis sobrinas mayores es la que me lleva las redes sociales, eso que has visto de la página web, y todo. Todo eso lo lleva ella, porque yo…

EA.- Es una maravilla. La página web en Instagram hay que verla.

LC.- No tengo ningún interés, ni de aprender, ni… Vamos, me suena todo eso a japonés.

EA.- Pues eso te da tiempo para los diseños maravillosos que haces.

LC.- Me da tiempo para leer.

EA.- Desde la Familia Real hasta las influencers.

LC.- Y luego mi carrera como figurinista, que va a cumplir 20 años, que también me ha dado muchísimas satisfacciones. De hecho, el último trabajo…

EA.- ¿Qué es ser figurinista? Para que lo entiendan.

LC.- Hacer vestuario, sobre todo en mi caso, para teatro.

EA.- Ah, bueno, sí, en la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

LC.- Ahí trabajé…

EA.- ¿Y cómo diseñas trajes que tienen que ser como del siglo 17?

LC.- Bueno, pues hablando mucho con los actores y siguiendo mucho las pautas del director, que en este caso es Eduardo Vasco, que prácticamente desde que nos conocimos en hace 20 años, pues he continuado colaborando con él y nuestro último trabajo ha sido un gran éxito,Luces de Bohemia en el Teatro Español. Que vamos, ha sido tal el éxito, vuelvo a repetirlo, que se reprograma para el año que viene.

EA.- Qué maravilla.

LC.- Lo vuelve a reestrenar en enero del 2026.

EA.- Bueno Lorenzo, ¿podemos cambiar de tema un momentito?

LC.- Claro.

EA.- Primero vamos a hablar de Maestros de la Costura.

LC.- Pues Maestros de la Costura ha sido, bueno, está siendo, porque estamos en antena, ya es la 8.ª temporada, esta temporada con personajes así populares, famosos. El celebrity, como lo llaman en televisión. Y ha sido una experiencia, o está siendo una experiencia maravillosa. Que ojo, yo al principio lo cogí un poco así. No, no las tenía yo todas conmigo, poque la televisión…

«El patrimonio más impresionante que hay en España está en el traje tradicional»

EA.- Pero ha salido muy bien.

LC.- Es un medio que me da mucho respeto y, francamente, pues ha salido muy bien. La oportunidad de trabajar con tres compañeros maravillosos: Raquel Sánchez Silva, María Escoté, Palomo Spain. Y luego, bueno, pues gracias al programa conocer a un montón de compañeros de profesión, de visitar sitios que de otra manera no hubiera conocido jamás.

EA.- ¿Con qué programa te quedarías? ¿Qué es lo que más te te llenó de todo lo que has hecho?

LC Sobre todo cuando vamos a pruebas en lo que llaman pruebas de exteriores, las que hemos dedicado al traje tradicional, que hemos hecho tres pruebas en la Gartera, en la Alberca, en Salamanca y ahora que no sé si lo puedo decir, pero bueno, lo digo. En Toro, en Zamora. Y ahí te das cuenta del patrimonio más impresionante que hay en España, en traje tradicional, en esas artesanías que cada vez cuesta más que…

EA.- Traje charro, por ejemplo, de Salamanca ¿no?

LC.- No lo hemos hecho aún, pero vamos, La Alberca está muy cerquita. Y con todos esos bordados, con todas esas simbologías ancestrales en la cartera, todo ese colorido, todas esas influencias de aquí y de allá. Esas tres pruebas, aparte que claro, pues llegas a esos pueblos, te reciben, imagínate, vamos como bienvenido Mister Marshall.

Foto: Carmen Suárez

EA.- Bueno, es que es Bienvenido, Mister Marshall.

LC.- Te dan de comer, que engordas siete kilos, te vuelves a casa con 3000 regalos… Esas han sido tres experiencias, tres viajes muy…

EA.- Y hablando de los kilos, porque nos estará viendo a lo mejor gente que piensa que su caso no tiene remedio, tú adelgazaste 40 kilos.

LC.- Un poquito más. Y mira, voy a decir una cosa.

EA.- Cuenta cómo.

LC.- Voy a decir una cosa. A ver. No sé si se puede hacer aquí publicidad.

EA.- Claro que se puede.

LC.- Yo adelgacé con el método Pronokal, que es un método muy efectivo, sobre todo para los hombres. Las mujeres, ahí no me quiero meter, que luego no llaman de todo. En los hombres funciona muy bien. Es muy aburrido, porque se trata de alimentarte con cinco o seis batidos al día y acabas… No voy a decir la palabrota, porque es muy aburrido. Se reduce mucho la vida social. No vas a ir a cenar a casa de alguien con los batidos.

EA.- Llevarte los batidos, ja ja.

LC.- Pero a mí me ha resultado muy efectivo. Y debo decir que, bueno, me lo tomé como una aventura, como una experiencia. Te vas como retando a ti mismo.

EA.- Bueno, pero también lo hiciste por salud.

LC.- Hombre, claro que lo hice por salud. Con estricto control médico…

EA.- Y ahora tienes que dejar de fumar, ¿eh?.

LC.- Lo que luego cuesta, Esperanza, es mantenerse, que yo creo que esa es la clave en todas las facetas de la vida. El mantener algo es lo más complicado. Mantener tu salud, mantener una relación, mantener una amistad, mantener un trabajo, mantener una coherencia de vida. El mantenerse es lo que lo que creo que es más difícil. Sin perder de vista que no es cuestión de mantenerse a cualquier precio, ojo, que tampoco vamos a interpretar eso así.

EA.- Los que nos están viendo tienen que comprender que eres un sabio.

LC.- No.

EA.- No solo eres…

LC.- Para nada, no soy ningún sabio, lo que pasa es que también eso te lo da la edad, que aprendes a relativizar mucho las cosas, a ser más estoico, a preocuparte de lo que realmente puedes hacer algo por cambiar o tal. El otro día en una entrevista, que opinara de política interna, y yo para qué voy a opinar si es que mi opinión es que no vale de nada.

EA.- Pero podrías opinar a lo mejor de quién es la política española que mejor viste.

LC.- Uy, qué preguntan. Mira ahí cuando me hacen esta pregunta, la tengo ya preparada. Te voy a hablar para así a ver en los dos sentidos. Te hablo de político y de política. Un político que a mí me parece que va siempre impecable, que tú conoces muy bien, es un señor, es Iñaki Oyarzábal, va siempre magníficamente bien vestido.

EA.- No me había fijado, pero ahora me voy a fijar.

LC.- Además en su juventud tuvo tiendas de ropa en Vitoria.

EA.- ¿Ah sí, en Vitoria?

LC.- Y sabe. Sabe. Prenda buena. Una chaqueta bien cortada. Y luego en mujeres, y me voy al otro lado, me gusta mucho cómo viste Carmen Calvo. Me gusta mucho. Creo que es muy adecuada. Además, siempre. Por su edad y… Bien. Porque luego hay un poco de todo. Luego ahí sí que veo ahora que está tan de moda todo, todos estos temas y tal, ahí sí que veo un poco un, no sé cómo decirlo, una discriminación positiva, en el sentido que los hombres, pues tienen su uniforme y pasan más desapercibidos, y nadie…

EA.- Y por la mañana no tienen que pensar más que en qué corbata llevar, o si se ponen corbata.

LC.- Pues estos eventos a los que solía ir. Pues yo qué sé, el 12 de octubre o la Pascua militar o yo qué sé. Y los hombres van y nadie pregunta quién ha sido su sastre o quién ha sido su marca, o si la corbata va combinada mejor o peor. Y en cambio en vosotras es que no perdonan ni una, ni una, ni una. Que si va de fulano, que si va de mengano, que si va de amarillo, que si va de rojo, que si va de azul, que si el traje es bonito, que si es feo, que si lo hacen esto, lo de lo otro. Y yo creo que en eso, en ese sentido, pues creo que es más que llamativo.

EA.- Porque somos más creativas. Yo lo miro en positivo.

LC.- Vale, vale.

EA.- ¿No? Porque si se pone un hombre una… Yo me acuerdo, Había un liberal muy liberal que se ponían unas chaquetas de vacas, y bueno, llama la atención, pero no es creativo.

LC.- Vale. Vamos a dejarlo ahí.

EA.- Vamos a dejarlo ahí. Pues nada, yo, lo que creo que más admira la gente de ti es que siendo italiano, siendo la moda italiana como es, hayas decidido quedarte aquí y ser el referente…

LC.- A ver, yo sí trabajé y me formé en Italia porque parte de mis estudios los hice en Florencia. Empecé en Nueva York y luego ya terminé en Florencia. Aunque también debo decir que el ABC, lo primerísimo, fue una academia de corte y confección de estas de barrio.

EA.- ¿Ah, sí?

LC.- Que había muchísimas cuando yo era jovencito. Ahora, desgraciadamente no.

EA.- Ya no hay, ¿verdad?

LC.- Muy poquitas. La Academia de Conchita Lucas, que en paz descanse, que desarrolló un método de patronaje muy, muy sencillo que fue con el que yo aprendí. Y bueno, pues esos fueron mis primeros rudimentos. Y desde aquí un recuerdo a Conchita.

EA.- ¿Dónde estaba esa academia?

LC.- Estaba en la calle Gaztambide. Me acuerdo que cogía al autobusito, el 82, e iba allí los sábados por la mañana. Ahí hice mis primeros pinitos. Pero ya te digo, esto lo he enlazado con lo de la formación, que yo estuve en Italia, primero acabando los estudios y luego ya me quedé ahí a trabajar. Pero bueno, al final pues regresas a tu sitio, ¿no? Yo he nacido en Madrid, me he criado en Madrid, mi familia estaba aquí, mis amigos estaban aquí, y de hecho empecé en todo esto porque una amiga de la pandilla, Carla Royo-Villanova, pues decidió confiar en mí para su traje de novia allá por el año 93, y desde aquí todo mi agradecimiento.

EA.- A Carla, que es estupenda, y guapísima además.

LC.- Que oye, ese experimento podía haber salido fatal.

EA.- Le salió bien.

LC.- Y haberle arruinado la boda a ella y yo haberme quedado yo qué sé dónde. Y bueno, pues salió fenomenal y en parte.

EA.- Y a partir de ahí, todas estas. Pero a mí lo que me impresiona es eso, que de las bodas, de las grandes bodas que salen en el Hola hemos pasado a las influencers.

LC.- A ver, no busco yo, no, yo no en ese sentido. Y vuelvo a eso cuando hablábamos de mis sobrinas, que todo este mundo, de las influencers, del de los Instagram de también te coge muy lejos y son fenómenos que no termino de comprender. Pero bueno, oye y pues están ahí y yo no he ido buscando esas colaboraciones. Entonces si vienen al taller de una manera natural y te proponen un un proyecto atractivo y que puede salir bien y que es estimulante, como en el caso de estas dos fotos, de estas dos fotografías.

EA.- Estas son impresionantes.

LC.- Que era vestirlas para el Festival de Cannes.

EA.- Mira, y qué colores tan patrióticos.

LC.- ¡Hombre! Aquí sobre todo lo hicimos un poco a propósito. Porque jugando con la alfombra roja y el color amarillo del del vestido. Y ella además que es una belleza muy española, muy mediterránea, muy racial.

Foto: Víctor Ubiña

EA.- Muy morena, sí. ¿Y esta? Esta foto es magnífica.

LC.- Y esta foto es preciosa.

EA.- Es una preciosidad, porque además, como tiene todos los…

LC.- Marta, además es una mujer con una elegancia natural. Preciosa.

EA.- Y qué traje. ¡Qué traje!

LC.- Y el traje salió muy bien, para qué nos vamos a engañar.

EA.- Pues Lorenzo. Yo te estaré siempre agradecida por haber querido venir al Rincón de Espe, que es como se llama esto.

LC.- Que menudo rincón, eh, ya lo quisiera yo de casa.

EA.- Sí, sí, sí, sí.

LC.- Y ahora tengo otro Diógenes, más pequeñito, más manejable.

«Ahora me ha dado por las casas de muñecas; es una manera de cuidar al niño que todos llevamos dentro»

EA.- ¿Pero dónde estás ahora? Porque has estado en un hotel.

LC.- Ya he dejado de vivir en el hotel hace dos años y me he ido a un pisín en alquiler, justo enfrente.

EA.- Pero ahí no puedes hacer mucho Diógenes.

LC.- Hombre, es un mini Diógenes, porque ahora me ha dado por las casas de muñecas.

EA.- Ah, sí, sí. Cuenta eso, porque bueno, tu madre empezó con eso.

LC.- Yo creo que, fíjate, que ha sido a raíz de la muerte de mis dos hermanos. Yo creo que eso estaba latente ahí, y de repente pues ha brotado una manera pues como de devolver un poco a ese niño que todos tenemos y que no hay que abandonar nunca. Y era una afición un poco a su manera compartía con mi hermana Paola. De hecho, he heredado muchas de las cositas que ella tenía por casa. Y bueno.

EA.- ¿Y las casitas de muñecas te caben en tu piso? O es en casa de tu madre.

LC.- De momento sí. Es algo manejable.

EA.- Es que, para que entendáis, cuando hemos llegado aquí, ha visto en el suelo uno de esas cosas de perfumes que ponen en los coches, lo ha recogido para su casa de muñecas.

LC.- Claro, porque ahora yo lo tuneo, le pongo una tapita, lo relleno con algo y le pongo una tapita de corcho, que la pulo yo, que la tallo yo con corchos de estos que tiramos a la basura. Y eso pues lo pongo en una de las despensas que hay. Y bueno, está ahora tan de moda el reciclaje y todo eso, pues mis cajitas están llenas de cosas de todos los días que tiramos tal y que yo las manipulo y las tal. Pues se vuelven un mueblecito, una sillita, una estantería, un algo. Y pues nada, mira, otra cosa que también está muy de moda, el mindfulness este, ¿no? Lo de…

EA.- ¡Mindfulness!

LC.- Eso. Pues cuando estás ahí con tus cositas y tal, mira. Estás con la atención en eso, concentrado, disfrutando.

EA.- Pero yo he leído que tu mindfulness es rezar.

LC.- Y rezar.

EA.- También la mía.

LC.- Ir a misa. Mira, igual de una herejía, pero te pones ahí, vas repitiendo los oficios. Pim pum, pim pam, bim bam. Tu único objetivo es eso, no perderte nada. Que tu atención, si hay alguna cosa que te preocupa… Boom. Enseguida la vuelves a coger y no, tienes que estar prestando atención al oficio. Y bueno, pues en media hora. Pues es como una especie de…

EA.- Mindfulness.

LC.- Pues eso.

EA.- La palabra lo que dice es que la mente la llenas.

LC.- Claro, pero que a veces las soluciones las tenemos delante nuestro y nos vamos por ahí, cuando lo tenemos ahí delante.

EA.- Exacto.

LC.- Pero bueno, eso es algo del ser humano.

EA.- Pues este ser maravilloso es Lorenzo Caprile.

LC.- Muchísimas gracias a ti, Esperanza.

EA.- Muchas gracias, de verdad.

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