Hugh Grant: «Lo que veo en España es lo que solía ser la vida. La gente parece sensata, agradable, bien vestida, reflexiva…»

<p class=»ue-c-article__paragraph»>Lo de Hugh Grant no es en sentido estricto una apocatástasis, que diría san Pablo, pero se le parece bastante. No es que simplemente haya resucitado, que algo de eso hay en su inmejorable estado de forma a los 64 años, sino que con él, como por arte divino, lo han hecho todas y cada una de sus películas que compusieron ese género adorable, extraño y ligeramente machista que se dio en llamar comedia romántica. La apocatástasis (y no pongan esa cara) nos dice que llegará el momento en que todas las criaturas libres, buenas y malas, compartirán la gracia de la salvación. Y en efecto, las plataformas han conseguido que <i>Love Actually,</i> por ejemplo, sea ahora mismo lo que probablemente nunca fue: una película tan descarada y exageradamente grimosa que no queda otra que reivindicar. Aunque duela. Pura apocatástasis. Y ahí, en medio, Hugh Grant. Siempre él. «¿Por qué no hago más comedias románticas?», se pregunta después de ser preguntado. «La respuesta es sencilla: <strong>Me hice mayor y las comedias románticas pasaron de moda. </strong>Recuerdo que hice una comedia romántica fallida y vi claro que terminó. Creo que fue algo bueno para mí y para todo el mundo. Estoy muy orgulloso de algunas de esas películas, pero creo que era hora de acabar. Luego, poco a poco, la gente comenzó a ofrecerme cosas raras y las disfruté…», dice.</p>

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