El jefe de Estado trasladó el incidente policial desde el ámbito político-jurídico a La Moneda y -peor que eso- ante las cámaras y micrófonos de todo el país. El Caso Monsalve y situaciones de toda esta situación provocó la omisión y silencio ante hechos tanto o más graves como el Caso Hermosilla, el exorbitante sueldo de la “académica” Marcela Cubillos y la agenda política volvió a las manos de la oposición, cuestión que a la mayor parte de la prensa y la televisión les favorece ampliamente. Pasaron sin pena ni gloria, que la justicia refrendó la condena de seis años de prisión para Fernando Macaya; el arraigo y firma quincenal que deberán cumplir los generales de Carabineros por su responsabilidad durante el estallido social y el rol de cinco otros uniformados participantes en el robo de la empresa de valores Brinks.
José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 21/10/2024. La colega Nicole Vergara, asesora de prensa del presidente Gabriel Boric, protagonizó un incidente poco feliz mientras el mandatario explicaba la situación provocada por el exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, a quien una acusación de violación ya le costó el cargo.
Si bien todo indica que la periodista no fue responsable de la desprolijidad en la estrategia comunicacional diseñada en La Moneda, trató infructuosamente ante las cámaras de acortar las intervenciones de Boric, quien demostró una vez más que “quien explica se complica”.
En verdad el jefe de estado trasladó el incidente policial desde el ámbito político-jurídico a la Moneda y -peor que eso- ante las cámaras y micrófonos de todo el país.
Los medios de comunicación -a una semana de las elecciones municipales- (con o sin razón) las emprendieron contra la política de seguridad del Gobierno, puesta en entredicho por el comportamiento de Monsalve. Pero ese no era ni es el tema en discusión.
Toda esta situación provocó la omisión y silencio ante hechos tanto o más graves como el Caso Hermosilla, el exorbitante sueldo de la “académica” Marcela Cubillos y la agenda política volvió a las manos de la oposición, cuestión que -al parecer- a la mayor parte de la prensa y la totalidad de la televisión abierta les favorece ampliamente desde el punto de vista del impacto y el sensacionalismo.
Pasaron sin pena ni gloria, que la justicia refrendó la condena de seis años de prisión para el padre del presidente de la UDI, Fernando Macaya; el arraigo y firma quincenal que deberán cumplir los generales de Carabineros por su responsabilidad durante el estallido social y el rol de cinco otros uniformados participantes en el robo de la empresa de valores Brinks.
La televisión chilena se refirió muy someramente a estos hechos y puso todas sus fichas en voces de parlamentarios y dirigentes políticos de la derecha, preparando el camino para una posible acusación constitucional contra el Presidente Boric.
El derecho a la comunicación que debemos tener todos los habitantes de este país es nuevamente sesgado, desvirtuado y reorientado hacia temas y conflictos que, si bien parecen provocados por autoridades o personeros oficialistas, favorecen abiertamente a la actual oposición.
La televisión no puede omitirse de informar, pero parece un tanto desproporcionado reiterar una y otra vez las imágenes del desafortunado punto de prensa de Boric y su cruce con la periodista de su equipo asesor, cuando ella trataba de superar la situación. Es el momento en que las cámaras deben enfocarse hacia los protagonistas del hecho investigado y tomar conocimiento de detalles importantes hasta ahora desconocidos por la teleaudiencia.
Desde el punto de vista comunicacional -no político ni jurídico- es importante conocer la versión de la víctima e investigar -cómo esperamos que lo esté haciendo la Fiscalía y la PDI- todos los hechos que la teleaudiencia sólo conoce por oídas. El rol trascendente de la TV es precisamente hacer claridad sobre las indagaciones y pesquisas que se están realizando mientras los canales insisten en complicar al Gobierno en los hechos.
Las ministras Tohá y Vallejo nada tienen que ver en el asunto y el Presidente Boric estimó conveniente y/o necesario inmiscuirse en los pormenores del tema, pese a las acertadas recomendaciones de su periodista, Nicole Vergara, a quien saludamos y destacamos por su profesionalismo, cuestión que lamentablemente no podemos decir de algunos de los colegas de los departamentos de prensa de la televisión. Recientemente se supo que el presidente Boric se disculpó en pleno Comité Político con su asesora. Nobleza obliga.
La entrada HABLEMOS DE LA TELE. Quien explica se complica se publicó primero en El Siglo.
El jefe de Estado trasladó el incidente policial desde el ámbito político-jurídico a La Moneda y -peor que eso- ante las cámaras y micrófonos de todo el país. El Caso…
La entrada HABLEMOS DE LA TELE. Quien explica se complica se publicó primero en El Siglo.
El jefe de Estado trasladó el incidente policial desde el ámbito político-jurídico a La Moneda y -peor que eso- ante las cámaras y micrófonos de todo el país. El Caso Monsalve y situaciones de toda esta situación provocó la omisión y silencio ante hechos tanto o más graves como el Caso Hermosilla, el exorbitante sueldo de la “académica” Marcela Cubillos y la agenda política volvió a las manos de la oposición, cuestión que a la mayor parte de la prensa y la televisión les favorece ampliamente. Pasaron sin pena ni gloria, que la justicia refrendó la condena de seis años de prisión para Fernando Macaya; el arraigo y firma quincenal que deberán cumplir los generales de Carabineros por su responsabilidad durante el estallido social y el rol de cinco otros uniformados participantes en el robo de la empresa de valores Brinks.
José Luis Córdova. Periodista. “El Siglo”. Santiago. 21/10/2024. La colega Nicole Vergara, asesora de prensa del presidente Gabriel Boric, protagonizó un incidente poco feliz mientras el mandatario explicaba la situación provocada por el exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, a quien una acusación de violación ya le costó el cargo.
Si bien todo indica que la periodista no fue responsable de la desprolijidad en la estrategia comunicacional diseñada en La Moneda, trató infructuosamente ante las cámaras de acortar las intervenciones de Boric, quien demostró una vez más que “quien explica se complica”.
En verdad el jefe de estado trasladó el incidente policial desde el ámbito político-jurídico a la Moneda y -peor que eso- ante las cámaras y micrófonos de todo el país.
Los medios de comunicación -a una semana de las elecciones municipales- (con o sin razón) las emprendieron contra la política de seguridad del Gobierno, puesta en entredicho por el comportamiento de Monsalve. Pero ese no era ni es el tema en discusión.
Toda esta situación provocó la omisión y silencio ante hechos tanto o más graves como el Caso Hermosilla, el exorbitante sueldo de la “académica” Marcela Cubillos y la agenda política volvió a las manos de la oposición, cuestión que -al parecer- a la mayor parte de la prensa y la totalidad de la televisión abierta les favorece ampliamente desde el punto de vista del impacto y el sensacionalismo.
Pasaron sin pena ni gloria, que la justicia refrendó la condena de seis años de prisión para el padre del presidente de la UDI, Fernando Macaya; el arraigo y firma quincenal que deberán cumplir los generales de Carabineros por su responsabilidad durante el estallido social y el rol de cinco otros uniformados participantes en el robo de la empresa de valores Brinks.
La televisión chilena se refirió muy someramente a estos hechos y puso todas sus fichas en voces de parlamentarios y dirigentes políticos de la derecha, preparando el camino para una posible acusación constitucional contra el Presidente Boric.
El derecho a la comunicación que debemos tener todos los habitantes de este país es nuevamente sesgado, desvirtuado y reorientado hacia temas y conflictos que, si bien parecen provocados por autoridades o personeros oficialistas, favorecen abiertamente a la actual oposición.
La televisión no puede omitirse de informar, pero parece un tanto desproporcionado reiterar una y otra vez las imágenes del desafortunado punto de prensa de Boric y su cruce con la periodista de su equipo asesor, cuando ella trataba de superar la situación. Es el momento en que las cámaras deben enfocarse hacia los protagonistas del hecho investigado y tomar conocimiento de detalles importantes hasta ahora desconocidos por la teleaudiencia.
Desde el punto de vista comunicacional -no político ni jurídico- es importante conocer la versión de la víctima e investigar -cómo esperamos que lo esté haciendo la Fiscalía y la PDI- todos los hechos que la teleaudiencia sólo conoce por oídas. El rol trascendente de la TV es precisamente hacer claridad sobre las indagaciones y pesquisas que se están realizando mientras los canales insisten en complicar al Gobierno en los hechos.
Las ministras Tohá y Vallejo nada tienen que ver en el asunto y el Presidente Boric estimó conveniente y/o necesario inmiscuirse en los pormenores del tema, pese a las acertadas recomendaciones de su periodista, Nicole Vergara, a quien saludamos y destacamos por su profesionalismo, cuestión que lamentablemente no podemos decir de algunos de los colegas de los departamentos de prensa de la televisión. Recientemente se supo que el presidente Boric se disculpó en pleno Comité Político con su asesora. Nobleza obliga.
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