Pepe Font de Mora, director de la Fundación Foto Colectania, conversa con THE OBJECTIVE sobre la muestra Beyond the Single Image, y la vocación de difusión y educación del proyecto, en torno a la fotografía: «La colección Foto Colectania ofrece un relato único de la historia de la fotografía española y portuguesa desde 1950 hasta hoy. La excepcionalidad del conjunto radica en la relevancia de los nombres, así como en el corpus de la obra reunida de cada autor», señala Pepe.
PREGUNTA.- ¿Cómo se inicia la colección?
RESPUESTA.- El fundador es Mario Rotllant, quien ya coleccionaba arte y en un determinado momento replanteó el sentido de su colección. Quiso empezar una nueva, que tuviera una clara visión de futuro, con el objetivo de compartirla y con una potente vocación pública. Así decidió empezar a coleccionar fotografía española y luego portuguesa. La primera foto que compró fue de Chema Madoz, pero siempre supo que quería mucha obra de cada autor. Actualmente tenemos 3.000 fotografías de 80 autores, se trata de una de las colecciones más completa de su género, además de haber sido pionera en la Península ibérica, refleja con rigor la historia de la fotografía, desde la racionalidad y la pasión que implica este arte.
P.- ¿Cuándo se decide incluir fotografía portuguesa a la colección?
R.- Desde el primer momento se marcó una línea de tiempo, la cual inicia en los años cincuenta y se prolonga, hasta la contemporaneidad. La idea de ampliar el fondo con fotografía portuguesa se dio porque al investigar, nos dimos cuenta que tenía un gran nivel, pero que, a su vez, había un cierto vacío en su difusión, a diferencia de la fotografía de países como Francia o Inglaterra. Además, Portugal tiene varias similitudes a nivel político y social con España. Ambos salían de una dictadura y pese a que Portugal siempre dirigió su mirada más hacia el Atlántico, sus fotógrafos, al igual que los españoles, tuvieron la inquietud de saber qué pasaba en el resto del mundo y no perder esa conexión. En los años cincuenta o sesenta, tenían como referentes a las vanguardias, a los modernos y luego se preocuparon mucho de recibir revistas o material gráfico. Durante la época de la dictadura, hubo varios colectivos que hicieron alianzas con fotógrafos italianos o franceses.
P.- ¿Cuáles fueron los principales referentes o colectivos desde los años cincuenta y en adelante de la fotografía española?
R.- Hay grandes referentes como Català Roca, que viene de una saga de fotógrafos, sus tíos y padres también lo fueron en los años treinta. En la fotografía española los fotógrafos se suelen llevar bien, a diferencia de otros colectivos y pese a ser una profesión muy individualista, siempre hubo una cierta tendencia por trabajar conjuntamente. Se crearon grupos como La Palangana o la Escuela de Madrid, también la Nueva Vanguardia de fotografía catalana o la Asociación fotográfica de Almería. Este último colectivo fue maravilloso, porque pese a tratarse de una ciudad con menos recursos, se preocuparon por difundir una fotografía muy renovada y creativa con la creación de una revista, lo cual era muy moderno para el momento.
P.- Además de un ciclo constante de muestras en la Fundación, la colección viaja a varias instituciones por el mundo…
R.- Cuando se creó la Fundación, siempre supimos que queríamos hacer exposiciones, pero no sólo en nuestras propias paredes, queríamos que el fondo saliera a recorrer el mundo. De las 3.000 fotografías que tenemos, de media salen 500 anualmente para préstamos o muestras itinerantes. Hasta el momento hemos estado en 120 sedes. Estas decisiones se toman con el patronato, además de los 11 patrones que lo conforman, se han incorporado tres coleccionistas muy renombrados: Jan Mulder de Perú, Celso Gonzalez- Falla de Nueva York y Martín Margulies de Miami. Nuestra principal misión es dar a conocer la fotografía española y portuguesa.
Nuevas narrativas
P.- The Margulies Collection de Miami por primera vez comparte su espacio para recibir una colección con la muestra Beyond The Single Image…
R.- Sí, es la primera vez en su historia y creo que lo ameritaba. La exposición, presenta 150 fotografías y está basada en la muestra El curso de los acontecimientos, que se pudo ver este año en la sede de la Fundación en Barcelona; sin embargo, Carles Guerra, el comisario, ha hecho una revisión más completa y enfocada al público americano. Se organiza en 20 secuencias temáticas distribuidas en 10 bloques, que recrean el diálogo entre una imagen única y lo que podríamos definir como un desarrollo alternativo de los acontecimientos a partir de secuencias fotográficas. La presentación de las obras en la sala expositiva, que remite a un atlas fotográfico, transforma la colección de Foto Colectania, en un dispositivo capaz de generar nuevas narrativas y significados a partir de conexiones, yuxtaposiciones y secuencias inesperadas de imágenes.
P.- También intenta romper con el elemento del «icono», tan aplaudido en la modernidad…
R.- Porque el eje curatorial también quiere cuestionar y replantear el porqué, siempre nos quedemos con una sola imagen. A muchos artistas se les asocia a una sola foto, al icono, lo cual está muy bien porque para que una fotografía sea icónica, tiene que reunir unas cualidades muy excepcionales. Debe representar lo que se está contando, ser impactante y convertirse en algo que la gente lo recuerde como referente. Pero el icono también tiene un inconveniente, que es que se etiqueta al fotógrafo a esa única imagen. La propuesta de Guerra es plantear esas imágenes junto a otras y así desmontar el icono, para mostrar nuevas narrativas. La fotógrafa Sarah Moon, quien acaba de tener una muestra en la Fundación, dice que cuando le cambias el orden a tres fotografías, el mensaje cambia totalmente. Beyond The Single Image también es eso, una mirada contemporánea de nuestra colección que busca encontrar más de un relato.
Miradas robadas
P.- ¿Qué tipos de narrativas o enfoques podemos encontrar en la exposición?
R.- Dentro de la fotografía española como en la muestra, hay miradas muy diversas, podemos ver las imágenes de Pilar Aymerich o Manel Armengol, que exploran la transición y distintos movimientos sociales, pero también hay fotografía como la de Jordi Esteva que se ha preocupado por el animismo y las costumbres fuera de España. El repertorio es muy amplio, participa Laia Abril, Helena Almeida, Manel Armengol, Pilar Aymerich, Clemente Bernad, Josep María Casademont, por nombrar algunos. Si bien la muestra se centra en fotografía más bien documental, también hay autores como Joan Fontcuberta, Chema Madoz, o García-Alix que tienen una obra más personal. Entre los fotógrafos de los años sesenta, como Leopoldo Pomés o Xavier Miserachs, encontramos una mirada algo «masculina» frente a la mujer, como la serie de Miserachs que muestra cómo los soldados del servicio obligatorio militar iban a «ligar» a la Plaza Cataluña. Joan Colom fotografía el barrio chino de Barcelona, lo que es ahora el Raval, y aunque su trabajo lo asocien o etiqueten con la prostitución, lo que reflejaba era la vida del barrio, que además fue el lugar donde creció. Eran miradas muy de voyeur, muy robadas, son fotografías excepcionales. Entre lo contemporáneo, encontramos fotografía como la de Laia Abril y su serie sobre el aborto, o la documentalista Adriana López Santfeliú, con miradas mucho más cómplices en torno a lo retratado.
P.- ¿Qué se plantea como fundación a futuro Foto Colectania?
R.- Nosotros como Fundación reivindicamos el día a día de la fotografía, cuando empezamos no había ninguna en Barcelona, estaba la Universidad de Navarra, el Centro Andaluz de la Fotografía o Alcobendas en Madrid. Ahora Barcelona tiene tres centros de fotografía: KBr de Mapfre, La Virreina, que es el centro de la imagen del ayuntamiento y Foto Colectania. Actualmente existe PHotoESPAÑA, en los años ochenta estuvo la Primavera Fotográfica, de carácter bienal, los festivales también son importantes porque revitalizan el mercado. Nosotros queremos mostrar que la fotografía tiene más de una virtud, porque el arte toca muchos mundos, pero la fotografía también incluye archivos, historia, prensa y lo «vernacular», que son las imágenes que ahora todos podemos captar por la tecnología. Por ello estamos abocados en hacer muestras, pero también programas de educación como El Gran Proyector, donde participan diez escuelas de fotografía. El reto que tenemos es enorme, pero muy satisfactorio a la vez.
Pepe Font de Mora, director de la Fundación Foto Colectania, conversa con THE OBJECTIVE sobre la muestra Beyond the Single Image, y la vocación de difusión
Pepe Font de Mora, director de la Fundación Foto Colectania, conversa con THE OBJECTIVE sobre la muestra Beyond the Single Image, y la vocación de difusión y educación del proyecto, en torno a la fotografía: «La colección Foto Colectania ofrece un relato único de la historia de la fotografía española y portuguesa desde 1950 hasta hoy. La excepcionalidad del conjunto radica en la relevancia de los nombres, así como en el corpus de la obra reunida de cada autor», señala Pepe.
PREGUNTA.- ¿Cómo se inicia la colección?
RESPUESTA.- El fundador es Mario Rotllant, quien ya coleccionaba arte y en un determinado momento replanteó el sentido de su colección. Quiso empezar una nueva, que tuviera una clara visión de futuro, con el objetivo de compartirla y con una potente vocación pública. Así decidió empezar a coleccionar fotografía española y luego portuguesa. La primera foto que compró fue de Chema Madoz, pero siempre supo que quería mucha obra de cada autor. Actualmente tenemos 3.000 fotografías de 80 autores, se trata de una de las colecciones más completa de su género, además de haber sido pionera en la Península ibérica, refleja con rigor la historia de la fotografía, desde la racionalidad y la pasión que implica este arte.
P.- ¿Cuándo se decide incluir fotografía portuguesa a la colección?
R.- Desde el primer momento se marcó una línea de tiempo, la cual inicia en los años cincuenta y se prolonga, hasta la contemporaneidad. La idea de ampliar el fondo con fotografía portuguesa se dio porque al investigar, nos dimos cuenta que tenía un gran nivel, pero que, a su vez, había un cierto vacío en su difusión, a diferencia de la fotografía de países como Francia o Inglaterra. Además, Portugal tiene varias similitudes a nivel político y social con España. Ambos salían de una dictadura y pese a que Portugal siempre dirigió su mirada más hacia el Atlántico, sus fotógrafos, al igual que los españoles, tuvieron la inquietud de saber qué pasaba en el resto del mundo y no perder esa conexión. En los años cincuenta o sesenta, tenían como referentes a las vanguardias, a los modernos y luego se preocuparon mucho de recibir revistas o material gráfico. Durante la época de la dictadura, hubo varios colectivos que hicieron alianzas con fotógrafos italianos o franceses.
P.- ¿Cuáles fueron los principales referentes o colectivos desde los años cincuenta y en adelante de la fotografía española?
R.- Hay grandes referentes como Català Roca, que viene de una saga de fotógrafos, sus tíos y padres también lo fueron en los años treinta. En la fotografía española los fotógrafos se suelen llevar bien, a diferencia de otros colectivos y pese a ser una profesión muy individualista, siempre hubo una cierta tendencia por trabajar conjuntamente. Se crearon grupos como La Palangana o la Escuela de Madrid, también la Nueva Vanguardia de fotografía catalana o la Asociación fotográfica de Almería. Este último colectivo fue maravilloso, porque pese a tratarse de una ciudad con menos recursos, se preocuparon por difundir una fotografía muy renovada y creativa con la creación de una revista, lo cual era muy moderno para el momento.
P.- Además de un ciclo constante de muestras en la Fundación, la colección viaja a varias instituciones por el mundo…
R.- Cuando se creó la Fundación, siempre supimos que queríamos hacer exposiciones, pero no sólo en nuestras propias paredes, queríamos que el fondo saliera a recorrer el mundo. De las 3.000 fotografías que tenemos, de media salen 500 anualmente para préstamos o muestras itinerantes. Hasta el momento hemos estado en 120 sedes. Estas decisiones se toman con el patronato, además de los 11 patrones que lo conforman, se han incorporado tres coleccionistas muy renombrados: Jan Mulder de Perú, Celso Gonzalez- Falla de Nueva York y Martín Margulies de Miami. Nuestra principal misión es dar a conocer la fotografía española y portuguesa.
P.- The Margulies Collection de Miami por primera vez comparte su espacio para recibir una colección con la muestra Beyond The Single Image…
R.- Sí, es la primera vez en su historia y creo que lo ameritaba. La exposición, presenta 150 fotografías y está basada en la muestra El curso de los acontecimientos, que se pudo ver este año en la sede de la Fundación en Barcelona; sin embargo, Carles Guerra, el comisario, ha hecho una revisión más completa y enfocada al público americano. Se organiza en 20 secuencias temáticas distribuidas en 10 bloques, que recrean el diálogo entre una imagen única y lo que podríamos definir como un desarrollo alternativo de los acontecimientos a partir de secuencias fotográficas. La presentación de las obras en la sala expositiva, que remite a un atlas fotográfico, transforma la colección de Foto Colectania, en un dispositivo capaz de generar nuevas narrativas y significados a partir de conexiones, yuxtaposiciones y secuencias inesperadas de imágenes.
P.- También intenta romper con el elemento del «icono», tan aplaudido en la modernidad…
R.- Porque el eje curatorial también quiere cuestionar y replantear el porqué, siempre nos quedemos con una sola imagen. A muchos artistas se les asocia a una sola foto, al icono, lo cual está muy bien porque para que una fotografía sea icónica, tiene que reunir unas cualidades muy excepcionales. Debe representar lo que se está contando, ser impactante y convertirse en algo que la gente lo recuerde como referente. Pero el icono también tiene un inconveniente, que es que se etiqueta al fotógrafo a esa única imagen. La propuesta de Guerra es plantear esas imágenes junto a otras y así desmontar el icono, para mostrar nuevas narrativas. La fotógrafa Sarah Moon, quien acaba de tener una muestra en la Fundación, dice que cuando le cambias el orden a tres fotografías, el mensaje cambia totalmente. Beyond The Single Image también es eso, una mirada contemporánea de nuestra colección que busca encontrar más de un relato.
P.- ¿Qué tipos de narrativas o enfoques podemos encontrar en la exposición?
R.- Dentro de la fotografía española como en la muestra, hay miradas muy diversas, podemos ver las imágenes de Pilar Aymerich o Manel Armengol, que exploran la transición y distintos movimientos sociales, pero también hay fotografía como la de Jordi Esteva que se ha preocupado por el animismo y las costumbres fuera de España. El repertorio es muy amplio, participa Laia Abril, Helena Almeida, Manel Armengol, Pilar Aymerich, Clemente Bernad, Josep María Casademont, por nombrar algunos. Si bien la muestra se centra en fotografía más bien documental, también hay autores como Joan Fontcuberta, Chema Madoz, o García-Alix que tienen una obra más personal. Entre los fotógrafos de los años sesenta, como Leopoldo Pomés o Xavier Miserachs, encontramos una mirada algo «masculina» frente a la mujer, como la serie de Miserachs que muestra cómo los soldados del servicio obligatorio militar iban a «ligar» a la Plaza Cataluña. Joan Colom fotografía el barrio chino de Barcelona, lo que es ahora el Raval, y aunque su trabajo lo asocien o etiqueten con la prostitución, lo que reflejaba era la vida del barrio, que además fue el lugar donde creció. Eran miradas muy de voyeur, muy robadas, son fotografías excepcionales. Entre lo contemporáneo, encontramos fotografía como la de Laia Abril y su serie sobre el aborto, o la documentalista Adriana López Santfeliú, con miradas mucho más cómplices en torno a lo retratado.
P.- ¿Qué se plantea como fundación a futuro Foto Colectania?
R.- Nosotros como Fundación reivindicamos el día a día de la fotografía, cuando empezamos no había ninguna en Barcelona, estaba la Universidad de Navarra, el Centro Andaluz de la Fotografía o Alcobendas en Madrid. Ahora Barcelona tiene tres centros de fotografía: KBr de Mapfre, La Virreina, que es el centro de la imagen del ayuntamiento y Foto Colectania. Actualmente existe PHotoESPAÑA, en los años ochenta estuvo la Primavera Fotográfica, de carácter bienal, los festivales también son importantes porque revitalizan el mercado. Nosotros queremos mostrar que la fotografía tiene más de una virtud, porque el arte toca muchos mundos, pero la fotografía también incluye archivos, historia, prensa y lo «vernacular», que son las imágenes que ahora todos podemos captar por la tecnología. Por ello estamos abocados en hacer muestras, pero también programas de educación como El Gran Proyector, donde participan diez escuelas de fotografía. El reto que tenemos es enorme, pero muy satisfactorio a la vez.
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