FOD: «El proyecto estudia las geometrías que se repiten en los templos y palacios romanos»

THE OBJECTIVE conversa con FOD (Francisco Olivares Díaz), quien se encuentra en la Real Academia de España en Roma, en pleno diseño de la obra Pliegues: estructuras habitables, geometrías transitables. «Es un proyecto que se basa en las geometrías de los suelos, sobre todo la arquitectura de iglesias y templos romanos. Lo que hago es llevar esa geometría a la pintura y a la escultura», nos cuenta. 

P.REGUNTA- Llegó a Italia como becario de la Real Academia de España en Roma, su proyecto artístico explora el mármol, el material característico del poder y la belleza de la ciudad…

RESPUESTA.– Llegué a Roma hace casi seis meses al ganar la beca de la Academia. Este año somos dieciocho españoles, entre artistas plásticos, actores, cineastas, críticos de arte y filósofos, es un grupo muy interdisciplinar. Mi proyecto estudia las geometrías que más se repiten en los suelos de los templos y palacios romanos, en concreto, en la variedad de juegos geométricos para construir otras nuevas. En el estudio las estoy plasmando en cuadros de formatos grandes y esculturas y sí Roma es la gran ciudad del mármol. Siempre me ha interesado partir de la arquitectura para luego pasar a la plástica, es un viaje de ida y vuelta, creo que en este proyecto se ha hecho más evidente.

P.- Se sabe que hasta el siglo IV la liturgia se escuchaba de pie, no había bancos, la estética de los suelos era fundamental… 

R.- Sí, y por eso la intención de hacerlos especialmente bellos. También es curioso que el suelo es el espacio por donde nos desplazamos, pero al que poca atención préstamos. También estoy trabajando con la idea de la perspectiva falsa, esas que engañan al ojo, los trampantojos. Borromini, por ejemplo, el gran arquitecto barroco, utiliza mucho esas trampas y lo hace de manera magistral. En sus escaleras es muy evidente, las cuales va reduciendo para que visualmente se cree una perspectiva de mayor grandeza y a su vez dotándolas de una fluidez escultórica.

P.- ¿De dónde parte el concepto de «pliegues» como estructuras habitables y geometrías transitables?

R.- Hay varias piezas que son como esculturas plegadas, como dobleces. Un concepto muy presente en este proyecto es el de portabilidad.  Me gusta la idea de la arquitectura nómada, esa que puedes montar y desmontar. Además, estoy haciendo bocetos, a manera de «gabinete de curiosidades», donde utilizo marcos que encuentro por las calles, los vuelvo a entelar, es quizá la parte más experimental. Actualmente también estoy presentando la muestra Cuenta Atrás, en la galería Juan Silió, donde también recupero la idea o el diálogo directo con la geometría, la línea y la simetría, aunque en este caso, la teoría numérica como base geométrica, cobra relevancia.

P.- Llama la atención los materiales que está utilizando y el proceso, los lienzos los interviene en la parte reversa…

R.- Estoy utilizando mármol, pintura, madera, lino crudo, y sí, me interesa dejar esa parte del material tal cual, pinto muchas veces la parte de atrás, tiene que ver con querer entrar en contacto con la naturaleza del material. También estoy colgando obra como tapiz, intento revisar la vanguardia de principios de siglo, el constructivismo como corriente, que también fue en esa dirección. 

P.- ¿Por qué le llaman FOD?

R.- Desde niño, porque en mi pueblo en los bares había máquinas para jugar videojuegos, muy de los años ochenta. Yo era de los mejores y cuando tenías el récord, te dejaban poner solo tres letras en el ranking, así que ponía FOD. El juego sigue estando muy presente en mi vida y obra, la parte lúdica. Creo que hay juegos que marcaron mi vida, como el Tetris, me atrevería a decir que la de una generación. Todos soñábamos con ese puzzle y cómo acomodar sus piezas, moviendo, rotando, para finalmente desaparecer las columnas.

P.- ¿En qué canteras busca el mármol con el que trabaja? 

R.- Ahora estuve en Tivoli, en la región de Lacio, es una cantera conocida por su mármol travertino, pero se encuentran de distintos tipos y diferentes lugares. Los mármoles más exóticos que encontramos en Roma, venían de la India o de África, en el Taj Mahal está el lapislázuli, esa veta, por ejemplo, no se encuentra en Europa. Hay uno que viene de China que se llama Panda, muy veteado por tonos blancos y negros. En Roma todavía se pueden encontrar algunos muy interesantes como el Negro Marquina, que es un tono muy intenso y sus vetas son blancas e irregulares. Pero las canteras se han explotado mucho y no se encuentra todo, es un mundo muy amplio de colores, de formatos y sobre todo de diversas geometrías.

P.- Todo el renacimiento, el barroco y el neoclasicismo utilizó el mármol como material de construcción… 

R.- Porque se buscaba la belleza a través de la utilización del mármol. Por eso se utilizó tanto, hasta se imitaba con pintura. Hay un estilo que lo recrea y una escuela que formaba gente dibujando mármol, con sus textura, vetas y variaciones de colores, era una técnica decorativa. A mí en la búsqueda de mármoles me interesan mucho la recurrencia de los colores, casi siempre son rojos, verdes, negros y blancos, los busco en el desecho, los reciclo. En el proyecto hablo de la familia Cosmati, porque también reutilizaban mucho el material, fue una dinastía familiar de artesanos del siglo XI, su legado dio origen al estilo «cosmatesco».

P.- Otro de sus grandes proyectos es la Nave Oporto, la fundó junto al artista Miki Leal, el espacio de Carabanchel es hoy en día todo un referente de estudios artísticos…

R.- Sí, la creamos en 2012, en un momento en que en Madrid no había espacios grandes para habitar a manera de taller. La mayoría eran pequeños, así que comenzamos a buscar lugares de grandes dimensiones, hasta que dimos con la nave. En un principio íbamos a ser dos o tres artistas, ahora somos veinte. No somos un colectivo, pero sí un grupo de artistas, entre los que compartimos mucho y nos retroalimentamos constantemente.

 THE OBJECTIVE conversa con FOD (Francisco Olivares Díaz), quien se encuentra en la Real Academia de España en Roma, en pleno diseño de la obra Pliegues:  

THE OBJECTIVE conversa con FOD (Francisco Olivares Díaz), quien se encuentra en la Real Academia de España en Roma, en pleno diseño de la obra Pliegues: estructuras habitables, geometrías transitables. «Es un proyecto que se basa en las geometrías de los suelos, sobre todo la arquitectura de iglesias y templos romanos. Lo que hago es llevar esa geometría a la pintura y a la escultura», nos cuenta. 

P.REGUNTA- Llegó a Italia como becario de la Real Academia de España en Roma, su proyecto artístico explora el mármol, el material característico del poder y la belleza de la ciudad…

RESPUESTA.– Llegué a Roma hace casi seis meses al ganar la beca de la Academia. Este año somos dieciocho españoles, entre artistas plásticos, actores, cineastas, críticos de arte y filósofos, es un grupo muy interdisciplinar. Mi proyecto estudia las geometrías que más se repiten en los suelos de los templos y palacios romanos, en concreto, en la variedad de juegos geométricos para construir otras nuevas. En el estudio las estoy plasmando en cuadros de formatos grandes y esculturas y sí Roma es la gran ciudad del mármol. Siempre me ha interesado partir de la arquitectura para luego pasar a la plástica, es un viaje de ida y vuelta, creo que en este proyecto se ha hecho más evidente.

P.- Se sabe que hasta el siglo IV la liturgia se escuchaba de pie, no había bancos, la estética de los suelos era fundamental… 

R.- Sí, y por eso la intención de hacerlos especialmente bellos. También es curioso que el suelo es el espacio por donde nos desplazamos, pero al que poca atención préstamos. También estoy trabajando con la idea de la perspectiva falsa, esas que engañan al ojo, los trampantojos. Borromini, por ejemplo, el gran arquitecto barroco, utiliza mucho esas trampas y lo hace de manera magistral. En sus escaleras es muy evidente, las cuales va reduciendo para que visualmente se cree una perspectiva de mayor grandeza y a su vez dotándolas de una fluidez escultórica.

P.- ¿De dónde parte el concepto de «pliegues» como estructuras habitables y geometrías transitables?

R.- Hay varias piezas que son como esculturas plegadas, como dobleces. Un concepto muy presente en este proyecto es el de portabilidad.  Me gusta la idea de la arquitectura nómada, esa que puedes montar y desmontar. Además, estoy haciendo bocetos, a manera de «gabinete de curiosidades», donde utilizo marcos que encuentro por las calles, los vuelvo a entelar, es quizá la parte más experimental. Actualmente también estoy presentando la muestra Cuenta Atrás, en la galería Juan Silió, donde también recupero la idea o el diálogo directo con la geometría, la línea y la simetría, aunque en este caso, la teoría numérica como base geométrica, cobra relevancia.

P.- Llama la atención los materiales que está utilizando y el proceso, los lienzos los interviene en la parte reversa…

R.- Estoy utilizando mármol, pintura, madera, lino crudo, y sí, me interesa dejar esa parte del material tal cual, pinto muchas veces la parte de atrás, tiene que ver con querer entrar en contacto con la naturaleza del material. También estoy colgando obra como tapiz, intento revisar la vanguardia de principios de siglo, el constructivismo como corriente, que también fue en esa dirección. 

P.- ¿Por qué le llaman FOD?

R.- Desde niño, porque en mi pueblo en los bares había máquinas para jugar videojuegos, muy de los años ochenta. Yo era de los mejores y cuando tenías el récord, te dejaban poner solo tres letras en el ranking, así que ponía FOD. El juego sigue estando muy presente en mi vida y obra, la parte lúdica. Creo que hay juegos que marcaron mi vida, como el Tetris, me atrevería a decir que la de una generación. Todos soñábamos con ese puzzle y cómo acomodar sus piezas, moviendo, rotando, para finalmente desaparecer las columnas.

P.- ¿En qué canteras busca el mármol con el que trabaja? 

R.- Ahora estuve en Tivoli, en la región de Lacio, es una cantera conocida por su mármol travertino, pero se encuentran de distintos tipos y diferentes lugares. Los mármoles más exóticos que encontramos en Roma, venían de la India o de África, en el Taj Mahal está el lapislázuli, esa veta, por ejemplo, no se encuentra en Europa. Hay uno que viene de China que se llama Panda, muy veteado por tonos blancos y negros. En Roma todavía se pueden encontrar algunos muy interesantes como el Negro Marquina, que es un tono muy intenso y sus vetas son blancas e irregulares. Pero las canteras se han explotado mucho y no se encuentra todo, es un mundo muy amplio de colores, de formatos y sobre todo de diversas geometrías.

P.- Todo el renacimiento, el barroco y el neoclasicismo utilizó el mármol como material de construcción… 

R.- Porque se buscaba la belleza a través de la utilización del mármol. Por eso se utilizó tanto, hasta se imitaba con pintura. Hay un estilo que lo recrea y una escuela que formaba gente dibujando mármol, con sus textura, vetas y variaciones de colores, era una técnica decorativa. A mí en la búsqueda de mármoles me interesan mucho la recurrencia de los colores, casi siempre son rojos, verdes, negros y blancos, los busco en el desecho, los reciclo. En el proyecto hablo de la familia Cosmati, porque también reutilizaban mucho el material, fue una dinastía familiar de artesanos del siglo XI, su legado dio origen al estilo «cosmatesco».

P.- Otro de sus grandes proyectos es la Nave Oporto, la fundó junto al artista Miki Leal, el espacio de Carabanchel es hoy en día todo un referente de estudios artísticos…

R.- Sí, la creamos en 2012, en un momento en que en Madrid no había espacios grandes para habitar a manera de taller. La mayoría eran pequeños, así que comenzamos a buscar lugares de grandes dimensiones, hasta que dimos con la nave. En un principio íbamos a ser dos o tres artistas, ahora somos veinte. No somos un colectivo, pero sí un grupo de artistas, entre los que compartimos mucho y nos retroalimentamos constantemente.

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