Denuncian a la directora de la Feria del Libro por vetar la venta de la revista ‘Jot Down’

La directora de la Feria del Libro de Madrid (FLM), Eva Orúe, ordenó el pasado viernes la retirada de la revista cultural Jot Down de la caseta de la Asociación de Editores de Andalucía al comprobar que la publicación carecía de ISBN, identificador reservado a los libros.

El incidente, denunciado por varios editores y testigos en redes sociales, reaviva la polémica sobre la cláusula 8 del reglamento de la Feria, que limita la venta de publicaciones con ISSN —el código que distingue a las revistas— salvo autorización expresa de la Comisión Organizadora.

Según fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, Orúe se acercó a la caseta con «aire inspectoral» y exigió la retirada inmediata de los ejemplares de Jot Down. La revista, de 256 páginas y más de diez años de trayectoria, se comercializa sin problemas en otras ferias internacionales —desde la FIL de Guadalajara hasta la de Buenos Aires—, pero en el Parque de El Retiro no superó el filtro. «Aquí se viene con código de barras y sumisión», lamentó un editor andaluz que prefirió no dar su nombre.

La norma en cuestión

El veto se ampara en el artículo 8 del reglamento de la FLM, que restringe la venta de publicaciones periódicas con ISBN o a aquellas «autorizadas expresamente» por la organización. Especialistas en derecho editorial consultados por este diario cuestionan la solidez jurídica de esa cláusula ya que la exclusión automática de publicaciones con ISSN podría considerarse restrictiva de la competencia si no se justifica con criterios objetivos y transparentes.

Los especialistas confirman que exigir ISBN a las revistas obvia que el ISSN es un identificador oficial igualmente reconocido y que muchas publicaciones periódicas también están sometidas al régimen de precio fijo del libro.

La norma genera suspicacias para algunos. Ángel Fernández, director de Jot Down, afirma en su editorial que en 2023, se instaló un stand de Publisher Weekly «que carecía de ISBN y estaba estrechamente vinculado a la autoedición», pero al pagar la cuota no se le puso trabajas en la caseta para la venta de dicha revista cultural.

Críticas del sector

Editoriales independientes y asociaciones profesionales denuncian que la norma perjudica a las revistas culturales, científicas y de pensamiento, «espacios clave para la bibliodiversidad». No es la primera vez que la Feria afronta reproches por sus criterios de admisión: en 2023 varias pequeñas editoriales —entre ellas Barrett, Dos bigotes y consonni— protestaron por cambios “incomprensibles” en los baremos técnicos de acceso.

Para Fernández el episodio refleja «una visión burocrática y miope de la cultura». «Estamos hablando de una feria que presume de ser la más importante del mundo hispanohablante tras Guadalajara, pero expulsa a las revistas que precisamente aportan largo formato, ilustración y ensayo», afirma. La FLM no ha emitido aún un comunicado oficial.

 La directora de la Feria del Libro de Madrid (FLM), Eva Orúe, ordenó el pasado viernes la retirada de la revista cultural Jot Down de la  

La directora de la Feria del Libro de Madrid (FLM), Eva Orúe, ordenó el pasado viernes la retirada de la revista cultural Jot Down de la caseta de la Asociación de Editores de Andalucía al comprobar que la publicación carecía de ISBN, identificador reservado a los libros.

El incidente, denunciado por varios editores y testigos en redes sociales, reaviva la polémica sobre la cláusula 8 del reglamento de la Feria, que limita la venta de publicaciones con ISSN —el código que distingue a las revistas— salvo autorización expresa de la Comisión Organizadora.

Según fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, Orúe se acercó a la caseta con «aire inspectoral» y exigió la retirada inmediata de los ejemplares de Jot Down. La revista, de 256 páginas y más de diez años de trayectoria, se comercializa sin problemas en otras ferias internacionales —desde la FIL de Guadalajara hasta la de Buenos Aires—, pero en el Parque de El Retiro no superó el filtro. «Aquí se viene con código de barras y sumisión», lamentó un editor andaluz que prefirió no dar su nombre.

El veto se ampara en el artículo 8 del reglamento de la FLM, que restringe la venta de publicaciones periódicas con ISBN o a aquellas «autorizadas expresamente» por la organización. Especialistas en derecho editorial consultados por este diario cuestionan la solidez jurídica de esa cláusula ya que la exclusión automática de publicaciones con ISSN podría considerarse restrictiva de la competencia si no se justifica con criterios objetivos y transparentes.

Los especialistas confirman que exigir ISBN a las revistas obvia que el ISSN es un identificador oficial igualmente reconocido y que muchas publicaciones periódicas también están sometidas al régimen de precio fijo del libro.

La norma genera suspicacias para algunos. Ángel Fernández, director de Jot Down, afirma en su editorial que en 2023, se instaló un stand de Publisher Weekly «que carecía de ISBN y estaba estrechamente vinculado a la autoedición», pero al pagar la cuota no se le puso trabajas en la caseta para la venta de dicha revista cultural.

Editoriales independientes y asociaciones profesionales denuncian que la norma perjudica a las revistas culturales, científicas y de pensamiento, «espacios clave para la bibliodiversidad». No es la primera vez que la Feria afronta reproches por sus criterios de admisión: en 2023 varias pequeñas editoriales —entre ellas Barrett, Dos bigotes y consonni— protestaron por cambios “incomprensibles” en los baremos técnicos de acceso.

Para Fernández el episodio refleja «una visión burocrática y miope de la cultura». «Estamos hablando de una feria que presume de ser la más importante del mundo hispanohablante tras Guadalajara, pero expulsa a las revistas que precisamente aportan largo formato, ilustración y ensayo», afirma. La FLM no ha emitido aún un comunicado oficial.

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