El exjugador de baloncesto reconvertido en gurú financiero, Aitor Zárate, de 58 años, está “de nuevo en la carretera”, según anuncia en el vídeo promocional de su último libro, El método Rezia, con el que promete “transformar tu idea en dinero”. Publicado el pasado marzo por Deusto, el sello que traduce al español a influyentes pensadores globales como Jonathan Haidt o Francis Fukuyama y que también edita textos de autoayuda, el séptimo libro de Zárate es otro manual sobre cómo hacerse rico. Y sirve como puerta de entrada a otros “proyectos especiales” donde lograr que “el dinero baile para ti”. Los anteriores libros de este antiguo jugador de la ACB, con los que atraía a ahorradores hacia proyectos parecidos, han acabado reseñados en al menos dos querellas que pueden sentarlo en el banquillo, esta vez de los acusados.
El autor y exjugador de la ACB, acusado de apropiarse de cientos de miles de euros de ahorradores seducidos por sus primeras obras, publica un manual para “transformar tu idea en dinero” Aitor Zárate, camino de los juzgados de Vitoria (Álava) el 23 de mayo de 2019.
El exjugador de baloncesto reconvertido en gurú financiero, Aitor Zárate, de 58 años, está “de nuevo en la carretera”, según anuncia en el vídeo promocional de su último libro, El método Rezia, con el que promete “transformar tu idea en dinero”. Publicado el pasado marzo por Deusto, el sello que traduce al español a influyentes pensadores globales como Jonathan Haidt o Francis Fukuyama y que también edita textos de autoayuda, el séptimo libro de Zárate es otro manual sobre cómo hacerse rico. Y sirve como puerta de entrada a otros “proyectos especiales” donde lograr que “el dinero baile para ti”. Los anteriores libros de este antiguo jugador de la ACB, con los que atraía a ahorradores hacia proyectos parecidos, han acabado reseñados en al menos dos querellas que pueden sentarlo en el banquillo, esta vez de los acusados.
Deportista de élite retirado de las canchas en 1994, tras pasar por equipos como el Baskonia, Ourense, el Granada o el Zaragoza, diez años después Aitor González de Zárate Apiñániz empezó a emerger como gurú de las inversiones bursátiles online (trading). Entre 2005 y 2011, publicó seis libros, algunos de ellos catalogados como best sellers y publicados por importantes editoriales, como Espasa. A su labor literaria, Aitor Zárate añadía el crédito de sus cursos y conferencias en centros de negocios, como el Centro de Estudios Financieros, y entrevistas en numerosos medios de comunicación, entre ellos una digital en este diario.
Varios de sus más fieles lectores de entonces, que confiaron en su verbo de mago de las finanzas, le reclaman ahora en los tribunales cientos de miles de euros que tomó prestados para varios proyectos, entre ellos una empresa radicada en un paraíso fiscal, y nunca devolvió. Desde hace seis años, está encausado (término con el que judicialmente se denomina ahora a un “imputado”) en dos juzgados por presunta estafa, que en su modalidad agravada podría suponerle hasta ocho años de cárcel. En ambas causas, en Vitoria y Gandía, la instrucción está a la espera de las últimas diligencias antes de decidir si se abre juicio.
Las dos querellas se presentaron en 2018 y 2019. En la que instruye un Juzgado de Vitoria (País Vasco), donde Zárate nació y desarrolló parte de su carrera deportiva y luego inversionista, se describe cómo la fama literaria prestigió su imagen pública de eficiencia y seriedad. Y se cita el estrecho vínculo que establecía entre sus lectores y la captación de fondos. Uno de los querellantes, por ejemplo, aparecía por su nombre de pila en Espabila y gana dinero con la crisis (2009), y con el apelativo con el que Zárate solía referirse a él, “mi extremeño favorito”, en La simplicidad del primer millón (2011), el best seller al que remite la campaña promocional de su nueva editorial.
A preguntas de este diario, el editor de Deusto ha declinado hacer cualquier comentario. Zárate, contactado el miércoles a través de su abogado y este jueves por email, no ha respondido. Según su abogado, otros dos casos se archivaron. Como en aquellas obras aparecidas en los años de la burbuja inmobiliaria y la posterior crisis económica, el nuevo libro de Zárate es una puerta de entrada a otras plataformas. La nueva se llama This!, está dirigida en particular a menores de 45 años, y en ella se presenta: “Soy Aitor Zárate y esto es ‘O rico o nada”. Esto último, O rico o nada, es también el título del siguiente libro que Deusto prevé publicar de Zárate, aunque aún no ha entregado el manuscrito, según la editorial.
El ejemplo de ese lector extremeño, quien pide no ser nombrado en esta información y cuyo caso la querella describe como “el más sangrante”, no es el único. Otro de los querellantes de Vitoria invirtió 283.000 euros en otro de los proyectos de Zárate, El factor K (por knowledge, conocimiento en inglés), seducido por su imagen de autor e inversor de éxito.
Portada del último libro de Aitor Zárate, publicado por Deusto.
No todos los afectados de aquellos años se han querellado. Pero tampoco han olvidado su modo de operar. Pedro E. Carrión, técnico agrícola en Murcia, también había leído los seis primeros libros de Zárate cuando asistió en un hotel de Vitoria a uno de sus cursos de inversión que impartía a razón de “3.500 euros” por curso. Más de 4.000 alumnos se habían inscrito en alguno de sus cursos o “campamentos” hasta 2011, según una biografía de ese año, En ruta con Aitor Zárate.
Convencido de las operaciones que el “gurú de las inversiones” describía, Carrión transfirió 150.000 euros a una cuenta de Zárate en Letonia en marzo de 2013. Cuando tres años después empezó a sospechar que se trataba de una estafa, Zárate le devolvió 20.000 euros a través de un tercero, David Sanchís Hidalgo, según reflejan los recibos y contratos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. De los 130.000 restantes, nunca más tuvo noticia. Tampoco de Zárate.
“Para mí es un sinvergüenza y un estafador profesional. Lo más profesional que hay en este país”, dice Carrión sobre Zárate, al que nunca consiguió volver a ver desde que en 2016 le firmara un contrato de reconocimiento de la deuda en San Juan de Luz, en el País Vasco francés. Carrión cuenta por teléfono que renunció a la vía judicial convencido de que solo supondría nuevos gastos y que no le servirán para recuperar su dinero. Zárate le había firmado una promesa de rentabilidad del 78% acumulado en seis años, según el contrato.
En un juzgado de Gandía (Valencia), una segunda querella reclama los 100.000 euros que una mujer transfirió a Funky 9, una de las empresas de Zárate, en Letonia, desde la que luego fueron transferidos a otra sin dejar rastro. La empresa Funky 9 está domiciliada en Belice, un paraíso fiscal, según destaca la investigación judicial, y el juzgado está a la espera de que Belice responda a una comisión rogatoria para cerrar la instrucción y decidir si abre juicio oral contra Zárate. Junto a él, la querella se dirige también contra David Sanchís. El fiscal se ha opuesto en siete ocasiones al sobreseimiento de la causa.
Tanto en Vitoria como en Gandía, Zárate “se excusa”, según un auto de la Audiencia Provincial de Valencia, en que en 2014 donó sus empresas a David Sanchís, gratis, y que Sanchís es el responsable último de no haber devuelto el dinero. Sin embargo, el contrato firmado en San Juan de Luz, entre otros indicios, revela que dos años después Zárate aún seguía actuando en nombre de al menos uno de sus proyectos empresariales, Funky 9. Según dicha Audiencia, ni Zárate ni Sanchís “dan explicación ni aportan elemento alguno relativo a la situación de [dicha] empresa”.
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