Casa de América presenta Convergencias/Divergencias: dos estéticas en diálogo, una muestra que explora las conexiones entre la estética Ye’kwana, originaria de la selva amazónica, y la abstracción geométrica moderna y contemporánea. La exposición, que reúne más de cien piezas de artistas como Carlos Cruz-Díez, Josef Albers, Mathias Goeritz, Gego y Torres García, de la Juan Carlos Maldonado Collection, estará abierta al público hasta el 8 de marzo.
THE OBJECTIVE ha conversado con Juan Carlos Maldonado, cuya colección pisa suelo europeo por primera vez, y con Ariel Jiménez, comisario de la muestra, quien explica el enfoque de este diálogo estético: «La exposición se inicia mostrando una obra de Jesús Soto, uno de los principales exponentes del arte cinético venezolano, sobre una sesta Ye’kwana. El objetivo general es presentar la estética de la abstracción geométrica occidental, que constituye el núcleo de la colección de Juan Carlos Maldonado, en diálogo con las estéticas de esta comunidad amazónica».
PREGUNTA.- La Juan Carlos Maldonado Collection es una de las más completas de arte abstracto geométrico. ¿Por qué se decide mostrarla en paralelo con la producción artística Ye’kwana?
ARIEL JIMÉNEZ.- Los Ye’kwana viven en el Amazonas, al sur de Venezuela y al norte de Brasil, cerca de las cabeceras del río Orinoco. Tienen una cultura plástica muy rica, representada esencialmente en sus cestas y objetos utilitarios. Para la cestería, la técnica que utilizan consiste en el cruce a noventa grados de una caña muy fina, con otra teñida con hollín, la producción y el acabado es sumamente delicado. No son solo objetos ornamentales, sino verdaderas obras de arte, además que cada signo que utilizan, representa o simboliza un aspecto particular de la vida. Este año la Amazonia es el tema central de ARCO y qué mejor que conocer un poco más de su cultura, reflexionando en torno al arte moderno y contemporáneo.
P.- La muestra plantea posibles conexiones y diálogos entre dos universos en principio antagónicos, pero en esencia cercanos: lo «primigenio» y lo «moderno».
AJ.- Si hubo una constate en el arte moderno, desde finales de siglo XIX hasta la contemporaneidad, ha sido el interés producido por las culturas de los pueblos originarios. En el siglo XX los repertorios simbólicos, formales y técnicos de territorios como el África subsahariana, Oceanía o América, fueron determinantes para movimientos como el cubista, los fauvistas franceses, los expresionistas alemanes o los surrealistas, quienes encontraron en éstas, una fuente de inspiración. Por ello, no es de extrañar que un coleccionista latinoamericano, que ha dedicado la mayor parte de su colección a reunir obras de abstracción geométrica occidental, sienta la necesidad de incluir en su núcleo, parte del legado cultural de los Ye’kwana. Esta exposición se propone responder a algunas de las preguntas que surgen cuando intentamos comparar estéticas tan disímiles, no desde una perspectiva etnográfica, sino en su dimensión estrictamente artística.
P.- ¿De dónde cree que parte esa necesidad del mundo moderno por comunicarse con las culturas primarias u originarias?
AJ.- Yo creo que proviene del hecho de que el mundo moderno generó una expectativa muy grande sobre lo que sería el futuro, sobre todo con el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Se pensaba que las máquinas nos iban a liberar de la necesidad del trabajo y eso generó, en un primer momento un gran entusiasmo. De ahí partieron estéticas como la de los futuristas italianos, que decían que un cañón era más bello que la Victoria de Samotracia. Pero luego también llegó el temor y la pregunta sobre qué sería de la humanidad al perder contacto con lo que fuimos como especie durante milenios. Esa incertidumbre, creo que llevó a muchos artistas a buscar el arraigo en las culturas primeras, en el arte de lo que fue la humanidad, antes del mundo moderno.
P.- ¿Qué similitudes encuentra a nivel plástico y técnico, entre la abstracción geométrica y la producción artística Ye’kwana?
AJ.- Los objetos Ye’kwana suelen ser muy esquemáticos, la mayoría son figuras que no intentan imitar las formas perfectas, sino exponer la síntesis. Lo mismo encontramos en La escuela del sur uruguaya, con formas elementales que no imitan al mundo visible. Lo expresa, por ejemplo, la obra de Joaquín Torres García, que decía que una de las razones que lo llevó a buscar arraigo en las culturas incaicas, fue la necesidad identitaria, por eso pinta muros incaicos, de manera abstracta. Artistas como Matisse, querían revitalizar los lenguajes plásticos de Occidente, volviendo a lo que llama «principios básicos del lenguaje humano», con herramientas rudimentales, utilizando la pintura directa sobre la tela, como lo muestra sobre todo en su período fauvista. Era una manera de cambiar el lenguaje de la plástica que venía de esa academia decimonónica, de una pintura extremadamente formal, que para él había perdido el poder expresivo. En el artista Kenneth Noland, podemos ver la influencia de las culturas de América del norte, como los cherokee o los navajos. La muestra se divide en torno a diálogos que hemos titulado Funcionalidad técnica y valor simbólico, Modelos generativos y, por último, Pureza y economía de los medios.
P.- ¿Cómo se incorporan los objetos a la colección?
AJ.- La colección la inicia Juan Maldonado en 2005, con arte abstracto geométrico moderno y contemporáneo. Luego adquiere la colección Ye’kwana que le pertenecía al viajero y naturalista Charles Brewer-Carías, quien recopiló durante más de treinta años los objetos. Era natural que una colección como la Maldonado incorpore a su acervo un conjunto Ye’kwana que, si bien no cuenta entre las producciones «primeras» que alimentaron a los movimientos modernos, presenta todas las características que conmovieron y conmueven a las artes plásticas.
P.- ¿Qué artistas de la colección son los que más resuenan con la estética Yek’wana?
AJ.- Todas las salas también buscan un sentido en la idea de dualidad, que también vemos constantemente en el arte abstracto geométrico. Cruz Diez, por ejemplo, crea formas que desaparecen para dar lugar a otras, es una forma también de expresar, que lo sustancial en el mundo no es la materia, sino la energía. Los Ye’kwana coinciden en eso con formas en negativo y positivo, con ambigüedades ópticas. Ellos son animistas, creen que el mundo esta animado por espíritus que nos gobiernan y los expresan en sus obras, donde la materia no es substancial. En las constelaciones de Joseph Albers, también encontramos, situaciones ambiguas, y artistas como Max Bill, coinciden con los Ye’kwana, en la búsqueda de la sencillez más elemental, por una necesidad explícita por depurar al máximo.
P.- En ambos mundos se hacen visibles normas muy pautadas a nivel formal…
AJ.- Cierto, los Ye’kwana tienen restricciones estrictas en su técnica de trabajo, utilizan el cruce de lo vertical al horizontal y en dos colores, la caña natural y la otra teñida de negro, la cual nunca la sobreponen sobre más de tres o cinco del urdimbre, porque si no, el objeto se debilita y no podría cumple con su función. Algunas de las estéticas contemporáneas de la segunda mitad del siglo XX también se imponían reglas muy estrictas. Un caso muy peculiar es el del artista francés François Morellet, que decide superponer diez tramas blancas sobre un fondo negro, la primera parte del paralelo, la segunda se inclina ocho grados, la tercera dieciséis, la siguiente en veinticuatro y así sucesivamente. El resultado estético finalmente no era controlado por el artista, quien únicamente decidía las normas de trabajo iniciales.

P.- Es la primera vez que presenta su colección en Europa, ¿qué lo animó a traerla particularmente con esta muestra?
JUAN CARLOS MALDONADO.- Es muy emocionante poder estar en la Casa de América mostrando dos estéticas diferentes, pero a su vez con una capacidad inmensa de dialogar y reflexionar sobre cómo lo ancestral es la base de todo el progreso que ha tenido el mundo de las artes. Nos interesa que las personas que visiten la muestra, comprendan la simbología detrás de una cesta Ye’kwana, al igual que la de una obra abstracta. La sencillez es un elemento esencial en ambos mundos.
P.- ¿Cuál fue su primer acercamiento a la cultura Ye’kwana?
JCM.- El arte abstracto geométrico llegó mucho antes a mi vida, y cuando conocí las representaciones de la cultura Ye’kwana, fue inevitable hacer la conexión y asociación inmediata entre ambos mundos. Mi acercamiento también fue a nivel antropológico y de este interés surgieron publicaciones académicas como Simbología de la cestería yekwana, narrada en primera persona por Charles Brewer-Carías. El nivel de sofisticación de los maquiritares, no sólo se expresa desde sus manifestaciones artísticas, sino también en su cotidianidad, en el modo en el que pescan o en cómo construyen sus viviendas. Además, que en sus diseños también sintetizan sus mitos de creación.
P.- ¿Qué significa como coleccionista recibir el Premio «A» al Coleccionismo, otorgado por ARCO?
JCM.- Lo recibo con mucho agradecimiento y humildad. Vivimos hace más de siete años en Madrid y siempre nos hemos vinculado con la feria, ARCO nos ha permitido entender el mundo cultural de España, que ha cambiado mucho en los últimos tiempos. La internacionalización y el interés por las artes y la gran cantidad de coleccionistas que han venido a Madrid, también ha cambiado su escenario, dinamizándolo e internacionalizando la escena artística.
P.- ¿Cómo tiene pensado seguir proyectando y ampliando su colección?
JCM.- Una de las cosas que nos interesa mucho, es conocer obra y artistas españoles, desde el arte abstracto. El premio nos da un impulso para seguir adelante, es una colección muy académica he intelectual, nos interesa siempre entender el porqué de las cosas, los procesos de los artistas, los contextos históricos, y queremos ser rigurosos en ello. Acabamos de adquirir una colección de textiles de los andes ancestrales del Perú, de culturas como la Nazca o la Huari. Actualmente se están exhibiendo en nuestra sede de Miami bajo el título Afinidades Secretas, los telares muestran muchísima espiritualidad, en gran medida porque son trabajos ancestrales. Ir de lo moderno o contemporáneo y retornar a lo primario, ha sido intelectualmente muy interesante y emocionalmente aún más enriquecedor.
Casa de América presenta Convergencias/Divergencias: dos estéticas en diálogo, una muestra que explora las conexiones entre la estética Ye’kwana, originaria de la selva amazónica, y la
Casa de América presenta Convergencias/Divergencias: dos estéticas en diálogo, una muestra que explora las conexiones entre la estética Ye’kwana, originaria de la selva amazónica, y la abstracción geométrica moderna y contemporánea. La exposición, que reúne más de cien piezas de artistas como Carlos Cruz-Díez, Josef Albers, Mathias Goeritz, Gego y Torres García, de la Juan Carlos Maldonado Collection, estará abierta al público hasta el 8 de marzo.
THE OBJECTIVE ha conversado con Juan Carlos Maldonado, cuya colección pisa suelo europeo por primera vez, y con Ariel Jiménez, comisario de la muestra, quien explica el enfoque de este diálogo estético: «La exposición se inicia mostrando una obra de Jesús Soto, uno de los principales exponentes del arte cinético venezolano, sobre una sesta Ye’kwana. El objetivo general es presentar la estética de la abstracción geométrica occidental, que constituye el núcleo de la colección de Juan Carlos Maldonado, en diálogo con las estéticas de esta comunidad amazónica».
PREGUNTA.- La Juan Carlos Maldonado Collection es una de las más completas de arte abstracto geométrico. ¿Por qué se decide mostrarla en paralelo con la producción artística Ye’kwana?
ARIEL JIMÉNEZ.- Los Ye’kwana viven en el Amazonas, al sur de Venezuela y al norte de Brasil, cerca de las cabeceras del río Orinoco. Tienen una cultura plástica muy rica, representada esencialmente en sus cestas y objetos utilitarios. Para la cestería, la técnica que utilizan consiste en el cruce a noventa grados de una caña muy fina, con otra teñida con hollín, la producción y el acabado es sumamente delicado. No son solo objetos ornamentales, sino verdaderas obras de arte, además que cada signo que utilizan, representa o simboliza un aspecto particular de la vida. Este año la Amazonia es el tema central de ARCO y qué mejor que conocer un poco más de su cultura, reflexionando en torno al arte moderno y contemporáneo.
P.- La muestra plantea posibles conexiones y diálogos entre dos universos en principio antagónicos, pero en esencia cercanos: lo «primigenio» y lo «moderno».
AJ.- Si hubo una constate en el arte moderno, desde finales de siglo XIX hasta la contemporaneidad, ha sido el interés producido por las culturas de los pueblos originarios. En el siglo XX los repertorios simbólicos, formales y técnicos de territorios como el África subsahariana, Oceanía o América, fueron determinantes para movimientos como el cubista, los fauvistas franceses, los expresionistas alemanes o los surrealistas, quienes encontraron en éstas, una fuente de inspiración. Por ello, no es de extrañar que un coleccionista latinoamericano, que ha dedicado la mayor parte de su colección a reunir obras de abstracción geométrica occidental, sienta la necesidad de incluir en su núcleo, parte del legado cultural de los Ye’kwana. Esta exposición se propone responder a algunas de las preguntas que surgen cuando intentamos comparar estéticas tan disímiles, no desde una perspectiva etnográfica, sino en su dimensión estrictamente artística.
P.- ¿De dónde cree que parte esa necesidad del mundo moderno por comunicarse con las culturas primarias u originarias?
AJ.- Yo creo que proviene del hecho de que el mundo moderno generó una expectativa muy grande sobre lo que sería el futuro, sobre todo con el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Se pensaba que las máquinas nos iban a liberar de la necesidad del trabajo y eso generó, en un primer momento un gran entusiasmo. De ahí partieron estéticas como la de los futuristas italianos, que decían que un cañón era más bello que la Victoria de Samotracia. Pero luego también llegó el temor y la pregunta sobre qué sería de la humanidad al perder contacto con lo que fuimos como especie durante milenios. Esa incertidumbre, creo que llevó a muchos artistas a buscar el arraigo en las culturas primeras, en el arte de lo que fue la humanidad, antes del mundo moderno.
P.- ¿Qué similitudes encuentra a nivel plástico y técnico, entre la abstracción geométrica y la producción artística Ye’kwana?
AJ.- Los objetos Ye’kwana suelen ser muy esquemáticos, la mayoría son figuras que no intentan imitar las formas perfectas, sino exponer la síntesis. Lo mismo encontramos en La escuela del sur uruguaya, con formas elementales que no imitan al mundo visible. Lo expresa, por ejemplo, la obra de Joaquín Torres García, que decía que una de las razones que lo llevó a buscar arraigo en las culturas incaicas, fue la necesidad identitaria, por eso pinta muros incaicos, de manera abstracta. Artistas como Matisse, querían revitalizar los lenguajes plásticos de Occidente, volviendo a lo que llama «principios básicos del lenguaje humano», con herramientas rudimentales, utilizando la pintura directa sobre la tela, como lo muestra sobre todo en su período fauvista. Era una manera de cambiar el lenguaje de la plástica que venía de esa academia decimonónica, de una pintura extremadamente formal, que para él había perdido el poder expresivo. En el artista Kenneth Noland, podemos ver la influencia de las culturas de América del norte, como los cherokee o los navajos. La muestra se divide en torno a diálogos que hemos titulado Funcionalidad técnica y valor simbólico, Modelos generativos y, por último, Pureza y economía de los medios.
P.- ¿Cómo se incorporan los objetos a la colección?
AJ.- La colección la inicia Juan Maldonado en 2005, con arte abstracto geométrico moderno y contemporáneo. Luego adquiere la colección Ye’kwana que le pertenecía al viajero y naturalista Charles Brewer-Carías, quien recopiló durante más de treinta años los objetos. Era natural que una colección como la Maldonado incorpore a su acervo un conjunto Ye’kwana que, si bien no cuenta entre las producciones «primeras» que alimentaron a los movimientos modernos, presenta todas las características que conmovieron y conmueven a las artes plásticas.
P.- ¿Qué artistas de la colección son los que más resuenan con la estética Yek’wana?
AJ.- Todas las salas también buscan un sentido en la idea de dualidad, que también vemos constantemente en el arte abstracto geométrico. Cruz Diez, por ejemplo, crea formas que desaparecen para dar lugar a otras, es una forma también de expresar, que lo sustancial en el mundo no es la materia, sino la energía. Los Ye’kwana coinciden en eso con formas en negativo y positivo, con ambigüedades ópticas. Ellos son animistas, creen que el mundo esta animado por espíritus que nos gobiernan y los expresan en sus obras, donde la materia no es substancial. En las constelaciones de Joseph Albers, también encontramos, situaciones ambiguas, y artistas como Max Bill, coinciden con los Ye’kwana, en la búsqueda de la sencillez más elemental, por una necesidad explícita por depurar al máximo.
P.- En ambos mundos se hacen visibles normas muy pautadas a nivel formal…
AJ.- Cierto, los Ye’kwana tienen restricciones estrictas en su técnica de trabajo, utilizan el cruce de lo vertical al horizontal y en dos colores, la caña natural y la otra teñida de negro, la cual nunca la sobreponen sobre más de tres o cinco del urdimbre, porque si no, el objeto se debilita y no podría cumple con su función. Algunas de las estéticas contemporáneas de la segunda mitad del siglo XX también se imponían reglas muy estrictas. Un caso muy peculiar es el del artista francés François Morellet, que decide superponer diez tramas blancas sobre un fondo negro, la primera parte del paralelo, la segunda se inclina ocho grados, la tercera dieciséis, la siguiente en veinticuatro y así sucesivamente. El resultado estético finalmente no era controlado por el artista, quien únicamente decidía las normas de trabajo iniciales.

P.- Es la primera vez que presenta su colección en Europa, ¿qué lo animó a traerla particularmente con esta muestra?
JUAN CARLOS MALDONADO.- Es muy emocionante poder estar en la Casa de América mostrando dos estéticas diferentes, pero a su vez con una capacidad inmensa de dialogar y reflexionar sobre cómo lo ancestral es la base de todo el progreso que ha tenido el mundo de las artes. Nos interesa que las personas que visiten la muestra, comprendan la simbología detrás de una cesta Ye’kwana, al igual que la de una obra abstracta. La sencillez es un elemento esencial en ambos mundos.
P.- ¿Cuál fue su primer acercamiento a la cultura Ye’kwana?
JCM.- El arte abstracto geométrico llegó mucho antes a mi vida, y cuando conocí las representaciones de la cultura Ye’kwana, fue inevitable hacer la conexión y asociación inmediata entre ambos mundos. Mi acercamiento también fue a nivel antropológico y de este interés surgieron publicaciones académicas como Simbología de la cestería yekwana, narrada en primera persona por Charles Brewer-Carías. El nivel de sofisticación de los maquiritares, no sólo se expresa desde sus manifestaciones artísticas, sino también en su cotidianidad, en el modo en el que pescan o en cómo construyen sus viviendas. Además, que en sus diseños también sintetizan sus mitos de creación.
P.- ¿Qué significa como coleccionista recibir el Premio «A» al Coleccionismo, otorgado por ARCO?
JCM.- Lo recibo con mucho agradecimiento y humildad. Vivimos hace más de siete años en Madrid y siempre nos hemos vinculado con la feria, ARCO nos ha permitido entender el mundo cultural de España, que ha cambiado mucho en los últimos tiempos. La internacionalización y el interés por las artes y la gran cantidad de coleccionistas que han venido a Madrid, también ha cambiado su escenario, dinamizándolo e internacionalizando la escena artística.
P.- ¿Cómo tiene pensado seguir proyectando y ampliando su colección?
JCM.- Una de las cosas que nos interesa mucho, es conocer obra y artistas españoles, desde el arte abstracto. El premio nos da un impulso para seguir adelante, es una colección muy académica he intelectual, nos interesa siempre entender el porqué de las cosas, los procesos de los artistas, los contextos históricos, y queremos ser rigurosos en ello. Acabamos de adquirir una colección de textiles de los andes ancestrales del Perú, de culturas como la Nazca o la Huari. Actualmente se están exhibiendo en nuestra sede de Miami bajo el título Afinidades Secretas, los telares muestran muchísima espiritualidad, en gran medida porque son trabajos ancestrales. Ir de lo moderno o contemporáneo y retornar a lo primario, ha sido intelectualmente muy interesante y emocionalmente aún más enriquecedor.
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